Más fuerte que un rayo

Más fuerte que un rayo

Joan Reinoso repite lentamente lo que le ocurrió hace siete años. Le cayó un rayo y estuvo en coma 28 días. Su mente no registra el accidente. “Sólo recuerdo que estaba en una embarcación en la bahía de Pollença (Mallorca) y miraba unas nubes muy negras. En un abrir y cerrar de ojos, las nubes se transformaron en una lámpara y un techo iluminados, el bip, bip de una máquina cercana terminó por despertarme y luego los ojos asombrados de mi madre, Marga, y un doctor que, más tarde me enteraría, me había dado por muerto 28 días atrás. Quise preguntar qué me pasó, pero no pude hablar”.

El que lo platica es un ciclista español de 27 años, quien de la noche a la mañana se convirtió en noticia para los diarios de su país (España). “Al joven español le cae un rayo y vive para contarlo”.

Su hablar es lento, pero él dice que es el menor de sus problemas. “Lo he contado muchísimas veces, había una tormenta y yo estaba en una embarcación siguiendo una competencia. Tenía el brazo izquierdo apoyado en una base metálica, cuando un rayo me impactó en el brazo y salió a un lado de mi cabeza. Dice mi mamá que duré 28 días en coma, que el doctor le decía que no pasaba la noche en el hospital, que era cuestión de horas”.

Esa cuestión de horas se convirtió en días, semanas y casi un mes con el bip, bip de la maquinita junto al cuerpo de Joan, de 20 años, cuyos amigos habían creado una página en Facebook. ‘Yo tengo un amigo más fuerte que un rayo’, esperanzados en que se diera un milagro. Dicen que hay una posibilidad entre 10 millones de que el milagro suceda.

Joan cumplió su promesa de hacer un relevo en el Ironman de Mallorca, dos años después del accidente

Lo único que recuerdo es aquel día (6 de mayo de 2012) en la embarcación y de pronto en un hospital, sin poder hablar, con un cuerpo adolorido por las quemaduras y tratando de entender qué había pasado. Muchos doctores se asomaban y me miraban extrañados. Lo del rayo y los 28 días muerto en vida lo supe en voz de mi madre”.

Joan no cree en la suerte. “Ni en la mala, ni en la buena”. Explica que la mala suerte sería haber estado en el lugar y la hora equivocados. Que la buena suerte fue salvar literalmente el pellejo.

Eso fue lo de menos. A esa edad tuve que aprender a hablar (lo sigue haciendo), a comer, ir al baño, caminar. El simple hecho de tomar un vaso era una tarea casi imposible. De eso ya pasaron siete años y mi razonamiento es un poco lento”.

Joan recuerda que antes del rayo se preparaba para hacer el examen como bombero, además de que había prometido hacer el relevo de nado con unos amigos en un ironman. Después del accidente, en plena rehabilitación, un tío le preguntó: “¿Joan, qué pasó con el relevo?

En 2014, Joan Reinoso volvió a salir en los diarios españoles. El chico del rayo hacía el relevo de nado (mil 900 metros) en el Ironman de Mallorca. Con problemas para caminar, el joven se metió al mar y cumplió lo que muchos escribieron como hazaña. Otros dos amigos hicieron sin problema el ciclismo y la carrera pedestre.

Entusiasmado, me propuse hacer otro ironman, sólo que deseaba hacer la parte de ciclismo. Si lo lograba haría un tercero, corriendo. Ya no se dio el segundo, pero descubrí el ciclismo y me fui aficionando a la bicicleta. La mía es especial, es un triciclo. Tengo descontrol en el equilibrio, por lo que me aficioné al ciclismo adaptado”.

Su entrenamiento fue tal que Joan Reinoso se convirtió en parte de la selección española de ciclismo adaptado. Pedaleando sobre tres ruedas, ha llegado a participar en mundiales y competencias internacionales en España, Italia, Holanda, Bélgica y Canadá. La última prueba fue la semana pasada, en el Continente Americano y en la que Joan dio a España el tercer lugar en la prueba contrarreloj. En ruta, la otra prueba en la que participó, abandonó “por ponchadura de neumático”.

Explica que “normalmente participo en contrarreloj de 18 kilómetros y en ruta, de 30 a 40 kilómetros. Dependiendo las características de la superficie, en unos 40 kilómetros hago aproximadamente hora y media”.

Se muestran los cambios del joven que tuvo que volver a aprender a caminar

Hubo un tiempo en el que Joan estaba enfadado con la gente que lo miraba como algo extraño. “Todos preguntaban por el chico del rayo, querían ver las marcas que me dejó en la piel y que les contara lo ocurrido. Yo sólo respondía que mi nombre era Joan, a secas. Evité por un buen tiempo las entrevistas”.

Reinoso vive con su mamá, Marga, y su hermana, Caterine, en Inca, un poblado en la Isla de Mallorca. Se mantiene rodeado de amigos y se ayuda con los estímulos económicos que le brinda la selección española de ciclismo adaptado.

Aunque ya pasó mucho tiempo de que le cayera un rayo, Joan sigue luchando para recuperar las habilidades del habla, el caminar, comer e ir al baño.

Lo que más me cuesta es la sicomotricidad. La fuerza la estoy recuperando, camino más o menos mal y escribo fatal. Sigo recuperando el habla y comunicarme contigo por teléfono me sirve de terapia como no tienes idea”.

Sabe que siempre le preguntarán acerca del día que le cayó un rayo y los 28 días que duró en coma. Es difícil ocultar su historia, como la marca que le dejó dicho rayo sobre la piel en el brazo izquierdo.

Lo cuenta con ironía. “Dos meses antes del accidente, fui a hacerme un tatuaje. Le dije al tatuador que me dibujara un dado en la pelvis y, en lugar de números, figuras relacionadas con el mar. Me dijo que me haría un pez, un ancla y una ola. El último dibujo no cabía en una de las caras del dado por lo que el tatuador me preguntó si quería otra cosa. ‘Hazme un rayo’, fue lo primero que se me ocurrió. De haberlo sabido, le pido que me tatuara el signo del dólar”.

“ESTÁ MUY GRAVE…” ASÍ SE PUBLICÓ

El 8 de mayo de 2012, dos días después del accidente, el Diario de Mallorca dio la siguiente noticia: “Joan R.F., el joven de 20 años que el pasado domingo fue alcanzado por un rayo en la bahía de Pollença, permanecía ayer ingresado en estado muy grave. Presenta quemaduras eléctricas por la descarga recibida y seguía en la UCI de Son Espases bajo continua atención médica, señalaron fuentes del hospital de referencia. El otro afectado, de 18 años, sólo precisó ser atendido de un golpe en la espalda tras salir despedido por el impacto, pero sus lesiones eran leves y ya ha recibido el alta”.

Joan Reinoso, antes de que le cayera un rayo

Los dos jóvenes seguían desde una lancha el desarrollo del Trofeo Pep Amengual de pesca submarina, que se disputaba en aguas de la bahía de Pollença, como ayudantes de Pedro Carbonell, tres veces campeón del mundo de esta especialidad. “Poco antes de las once de la mañana, un rayo impactó en la barandilla de la embarcación. Joan R.F. recibió una gran descarga eléctrica y quedó inconsciente”.

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