SIN CORTAPISAS.
Por: Claudia Vázquez Andrade.
No van al “tombolazo”
Los que ya “pintaron” su raya, son los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pues ocho de ellos ya presentaron su renuncia ante el fracaso por frenar o echar abajo la famosa Reforma Judicial, que finalmente los obligaría a dejar el cargo.
Todos ellos coincidieron en su desacuerdo con la reforma, cuya finalidad es remplazar a todos ante la presunción de actos corruptos en el desempeño de su responsabilidad.
Claro que, aunque sus renuncias surtirán efecto hasta el último día de agosto del próximo año, su dimisión anticipada les permitirá retirarse con todas las prestaciones con que gozan en este momento.
Lo que llaman “haberes del retiro”. En pocas palabras, podrán disfrutar de sus jugosas pensiones y seguros médicos, privilegios que precisamente cuestionaba el ciudadano común, y que aunado a la presunción de comercializar el poder que representan, llevaron al ex presidente Andrés Manuel López Obrador a presentar la iniciativa que reformó finalmente a ese poder.
En el caso de la ministra Margarita Ríos Farjat, no solo renunció al cargo, sino también a la pensión que la ley le otorga, lo que se puede interpretar que su oposición a la reforma era real y por convicción, y no por el interés de preservar el puesto y lo que ello significaba.
Por lo pronto, y en un hecho histórico, ya renunciaron ocho de los once magistrados, incluida la presidenta Norma Piña, y todos ellos rechazaron participar en la contienda por una magistratura, mientras que los tres restantes, si le entrarán al “tombolazo”.
En fin, una vez más queda demostrado que la independencia de los poderes es real, cuando hay la voluntad política, porque cuando hay diferencias e interviene la política, basta un manotazo. Ahora sí que como dirían en el rancho: “jalas, o te ahorcas”.