SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade.
Contraloría: llamado a misa.
“Sobre aviso, no hay engaño”, reza un refrán popular, y quizás es el mensaje que deja la visita a la zona norte del Estado de la contralora gubernamental Norma Angélica Pedraza Melo, con sus “Jornadas de capacitación en la rendición de cuentas de administraciones municipales” dirigidas a los alcaldes de esa parte de la entidad.
De acuerdo con el motivo de estas “jornadas”, es compartir el conocimiento con el objetivo de desarrollar las competencias en áreas de planeación, presupuesto, fiscalización, auditoria al desempeño, también a la obra pública, la ética entre otros aspectos.
O sea, los alcaldes no tendrán argumento alguno para fallar, para violentar reglas y normas, por lo menos no, por ignorancia, y tampoco para cometer actos corruptos.
Claro que, como parte del mensaje o advertencia, la contralora reafirmó la coordinación que tiene con la Auditoria Superior del Estado, que si bien dijo sirve para apoyar el trabajo de los munícipes, también deja entrever que es una supervisión conjunta.
En pocas palabras, es algo así como: los estamos vigilando, y la verdad no está mal, al contrario, los presidentes municipales deben tener claro que, si bien son autónomos, eso no les faculta para hacer y deshacer, y menos con los recursos económicos que son dinero del pueblo.
La verdad, es que la contraloría estatal debería aprovechar la circunstancia de la llamada transformación y presentar alguna iniciativa que empodere a los auditores de todas las dependencias del gobierno estatal y municipales, para que les dote de “dientes”, pero además los haga corresponsables en casos comprobados de omisión o complicidad.
Porque hasta ahora no hay evidencia que los órganos de control hayan llevado a juicio o por lo menos exhibido a algún funcionario corrupto, y cuando eso ha sucedido, ha sido la Auditoria Superior del Estado, y desafortunadamente todos los casos consignados quedaron en libertad exonerados de todo cargo.
Nunca es tarde para poner orden, y menos para abatir la corrupción, hoy queda claro que hay voluntad política por transformar al país y al Estado en muchos aspectos, esperemos que contralorías y auditorias ya cumplan con el objetivo para lo que fueron creados.

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