SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade

Un pastor albiguindo

Bien dicen que la política es de tiempos y circunstancias, de ahí que los políticos nunca podrán cantar victoria en un nombramiento o candidatura hasta no tener el documento en su mano, y de ello la historia ha dado cuenta de personajes, que estando a punto de ser ungidos en una posición, se les ha “caído” el nombramiento.

Y esto viene a colación, porque en el congreso de Tamaulipas, la bancada mayoritaria de morena en la 66 legislatura, nombró, con esa pluralidad y democracia que los caracteriza, como su coordinador de bancada al ex panista Humberto Prieto Herrera y por ende lo convierte en automático como presidente de la Junta de Gobierno. Para nadie es un secreto que aspiraban a esa posición, la actual presidenta de todas las mesas de congreso local, Úrsula Salazar Mojica, también Armando Zertuche, Magaly de Andar y el doctor Víctor García….

Claro que como era de esperarse, el apoyo fue unánime, sin embargo, la conformidad no es total y los peros surgieron contra el nuevo pastor. Porque aún no toma las riendas del rebaño y en los pasillos del palacio legislativo, ya lo acusan de no ser empático, y tan reactivo como los cabecistas, grupo al que alguna vez perteneció.

Aseguran que la actitud de “perdona vidas” no abona en nada a la relación con los opositores, que, si bien no son indispensables para sacar adelante las iniciativas que se presenten, por la mayoría calificada que tienen, si sería sano buscar la conciliación y los acuerdos necesarios para evitar la confrontación continua, porque finalmente todo lo que se pretende en el pleno, tendrá como finalidad el bien común.

El nombre de Humberto Prieto Herrera, resuena, mientras que más de uno prepara las maletas, convencidos de que no habrá margen de negociación, porque la conciliación no forma parte de su formación política. Además; el grupo de detractores ha ido más allá al asegurar que el diputado, ahora morenista es Incapaz de aceptar una sugerencia y menos una crítica.

En pocas palabras están convencidos que solo cumplirá órdenes y aplicará la aplanadora como en los mejores tiempos. No cabe duda que las nuevas generaciones están acabando hasta con el arte de hacer política.