SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
“Venta de ilusiones”
Dicen que como la lengua no tiene hueso, de pronto se presta para hablar de todo y sin medida, vaya se asegura que muchas veces hay quienes abusan de esta facultad que terminan en incontinencia verbal.
Y quizás podría ser el caso del subsecretario de la General de Gobierno en Tamaulipas, Tomás Gloria Requena, quien en su papel de “bombero” político, le toca en suerte abordar todos los temas y enfrentar a cuanto personaje haya necesidad.
Pero en ese ir y venir para solucionar conflictos, de pronto pareciera que no le alcanza el tiempo para reflexionar y buscar la salida más rápida para los cuestionamientos o demandas. Ejemplos, muchos, como el caso del personal en suspensión de labores, del Poder Judicial Federal, a los cuales convenció de disolver la manifestación o protesta que realizaban frente a casa de gobierno.
Claro que fue genial proponerles una reunión privada para tocar el tema porque los retiró del lugar y se abrió la vialidad que obviamente estaba interrumpida, sin embargo, sabe, que solo ganó tiempo, porque la reforma es un hecho.
Y de pronto, Tomás, tiene chispazos de “solución” que habrá que reconocer que lo saca del problema en el momento, pero que una vez reflexionado son hasta un insulto a la inteligencia del ciudadano común, en este caso del tamaulipeco. Ahí está la puntada que dijo en el tema del transporte público urbano, al asegurar que en seis meses el usuario verá cambios en las unidades, y en un total de doce, todos los microbuses tendrán que estar remodelados.
Por favor, como dirían los jóvenes; “no mienta por convivir”, porque con el debido respeto, tendrá que reconocer que falta a la verdad, que, aunque es una buena intención, y quizás hasta parte de la negociación, eso es algo que no va a suceder.
Entonces, para que prometer lo que no se va a lograr. Quizás hubiera sido mejor, hablando de este tema, que se hubiera guardado silencio, como lo ha hecho hasta hoy el subsecretario del transporte. Total, les pagan lo mismo… pero bueno, al parecer no existe cura para la incontinencia verbal en la política.