SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

 Por: Claudia Vázquez Andrade

Las apuestas por el poder

Las apuestas por el futuro político-económico para los próximos tres años, se está dando en el Congreso de Tamaulipas, de tal suerte que los empleados administrativos y técnicos, se organizan en grupos y tratan de “atinarle” quienes serán los próximos jerarcas, y con ello lograr continuar dentro de la nómina.

Y de alguna manera es entendible, por dos razones. Primero: en su gran mayoría se trata de trabajadores que solo intentan sobrevivir dentro del aparato burocrático y con ello llevar el sustento a sus familias.

Y segundo: sabido es que, en cada cambio de administración dentro de las estructuras de gobierno, los ceses de trabajadores, pero también los arribos de nuevos empleados, se dan sin mayores contratiempos.

De tal forma que conociendo lo que podría llegar, pese a que de alguna manera será un “gobierno” de continuidad, todo el aparato burocrático de ese poder está enfrascado en buscar y sumarse al grupo que, en su consideración, podría llegar como mando en las posiciones de poder.

Las especulaciones en cuanto a que fulano o zutano será ungido dentro de la estructura oficial, está a la orden del día.

De ahí que las “patadas por debajo de la mesa” se estén dando entre los mismos, vaya hasta la segregación de algunos trabajadores, convencidos de que no tendrán “padrino” que los sostenga en la nómina.

Las presunciones de que algunos jerarcas actuales continuarán en su posición, ha llevado a “cuerpear” con grupos de apoyo que desde sus lugares resaltan las fortalezas, logros y virtudes, pensando que así, los ratificaran. Por lo pronto, la suerte de 26 tamaulipecos que formarán parte de la bancada de la coalición Morena, Partido del Trabajo y Verde Ecologista, de la legislatura numero 66 ya está decidida, y serán los encargados de hacer y deshacer lo que haya necesidad para recuperar la gobernabilidad total del poder en turno.

Y una vez que se defina quien será el nuevo presidente de todas las mesas del congreso, el resto de los empleados tendrá más claro su futuro. Por lo pronto, se podría decir que de nada sirven los “empujones” y desencuentros entre ellos y sus dichosos grupos, porque finalmente se irán, y “sin baranda” quienes se tengan que ir… así, igual, con la misma contundencia como llegaron hace tres años…

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