SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
“Lalo” Gattas por la libre
¿Quién pone orden en los municipios de Tamaulipas? ¿Por qué los alcaldes del Estado son amos y señores en el manejo de los recursos económicos y las decisiones inherentes al futuro de la ciudad? ¿Qué falta para que los síndicos y regidores actúen de manera independiente y sean el contrapeso que deberían de ser del poder que representan los presidentes municipales?
Todas estas interrogantes, y otras más, nacen de la situación por la cual atraviesa la capital de Tamaulipas, en donde el alcalde Eduardo “Lalo” Gattas ha dispuesto de los recursos sin observación alguna del cuerpo colegiado del cabildo.
Sino, como justificar que los programas de bacheo se lleven a cabo en los mismos sectores de siempre, porque apenas cae una lluvia ligera y el agua descubre los pozos que fueron cubiertos, presumiendo en esos casos que el material utilizado es de muy mala calidad.
Como justificar que la Comapa abra pozos y zanjas en cuanta calle ha pavimentado el estado, incluso aquellas que tienen concreto hidráulico. Y ahí dejan la oquedad, o, lo medio tapan.
Vaya, la independencia o autoridad del alcalde Eduardo “Lalo” Gattas, es tal, que, en el tema de los parquímetros, cuya concesión terminó en febrero del 2024, autorizó a la misma empresa concesionaria que siga operando, y de ello ya son casi dos años, sin que a la fecha se haya emitido convocatoria alguna.
Y pese al tiempo transcurrido, no ha habido síndico o regidor alguno que se haya opuesto a esa determinación, cuando bien pudieron haber autorizado el uso de esos espacios de estacionamientos sin costo alguno beneficio de los automovilistas.
Ello hasta en tanto no haya convocatoria y se elija a la misma o una nueva empresa.
O bien, como el convenio establecía que una vez concluida la concesión, la infraestructura pasaría a poder del municipio, que bien pudo operarlo y disponer del 100 por ciento de los ingresos por este concepto, y no el porcentaje que recibe actualmente, y que la verdad, no hay información oficial, o por lo menos que se haya difundido, sobre las cantidades recibidas y el destino que se le ha dado.
Aunque claro la opacidad en este renglón no causa sorpresa, porque la transparencia no ha sido lo fuerte o prioridad de esta administración, y otro ejemplo de ello es el uso y destino de los recursos recibidos por el programa de regularización vehicular que se supone debería utilizarse para bacheo o pavimentación de calles.
En fin, lo que sucede en la capital de Tamaulipas no es novedad y muy seguramente tampoco exclusivo, porque los órganos de control poco o nada hacen en su obligación, y lo peor de todo, es que el órgano colegiado del cabildo, incluyendo los opositores, terminan caminando de la mano de los alcaldes… porque si no es así, como explicar lo que sucede.