SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
IETAM cree en Santa Claus
En donde ya elaboran su “cartita” a Santa Claus, y la lista de deseos para el 2026, es en el Instituto Electoral de Tamaulipas, porque se preparan para enfrentar el proceso electoral 2026-2027.
El Consejero Presidente del IETAM, Juan José Ramos Charre, está previendo todo lo que tendrán que preparar para sacar avante la siguiente elección constitucional, empezando por la integración de los consejos electorales, para lo cual deberán seleccionar previamente a 650 ciudadanos.
Por supuesto que todo el proceso electoral va presidido de los protocolos ya establecidos, sin dejar de lado el aspecto económico, entiéndase el presupuesto necesario para la impresión, adquisición y preparación de todo lo indispensable para el desarrollo de la elección.
Y como siempre sucede, la preocupación, es lo presupuestal, porque como ya fue dado a conocer, el 55 por ciento de los 414 millones de pesos solicitados para el 2026, serán destinados para el financiamiento a los partidos políticos, es decir; para las llamadas prerrogativas.
Esperemos que los legisladores locales tengan claro las necesidades del IETAM y no escatimen pesos a la hora de analizar la propuesta de presupuesto porque la democracia no debe tener precio.
De tal suerte que, delimitar los recursos para el desarrollo del proceso electoral, se corre el riesgo de poner en duda los resultados de la elección si hubiera dudas de su desarrollo y transparencia por la falta de personal, papelería o el material que habitualmente se utiliza para este tipo de eventos.
Si bien es cierto que en los últimos procesos electorales se ha limitado los pesos a las instancias electorales y estas han sacado adelante los compromisos, también queda claro, que esas elecciones han sido extraordinarias, y sus contendientes de alguna manera estaban conscientes de las reglas del juego; también extraordinarias.
Pero, en una elección constitucional no puede quedar en entredicho su transparencia y menos los resultados, pues se tendrá que recordar que esas dependencias o instituciones son precisamente las que hasta hoy han validado las alternancias y le han levantado la mano a la llamada oposición cuando ha ganado una elección, como fue el caso de quien hoy gobierna en el Estado y el país.
Se puede entender, como diría el dicho popular que no es lo mismo ser borracho que cantinero, pero no hay argumento alguno que justifique un retroceso en el renglón de la democracia.