
SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
La democracia no es barata
La democracia de un país, nunca ha sido barata, y en México no es distinto, incluso se podría decir que ha costado hasta sangre, de ahí que no se pueda o deba permitir regatear los recursos que necesite el organismo electoral para sacar adelante una elección.
En Tamaulipas, el Presidente del Instituto Electoral, Juan José Ramos Charre, alzó la voz para dejar claro que no aceptará ningún recorte presupuestal para el ejercicio 2026.
Y aunque aceptó que hasta hoy no hay manifestación alguna por parte del Congreso del Estado, o del mismo gobierno estatal de reducir o hacer ajustes a su propuesta de presupuesto, pues este decidió adelantarse, quizás para evitar tentaciones de que le metan “cuchillo” a su proyecto económico.
Aunque parezca increíble, Ramos Charre dijo que de los 419 millones de pesos presupuestados para el 2026, el 54%, que equivale a poco más de 224 millones, son destinados para financiamiento público a los partidos, o sea son las llamadas prerrogativas.
Un 39% para gastos de operación, entiéndase, pago de nóminas y demás.
Y el 7% restante, se aplica a la organización del proceso electoral, así que como puede ver, la mayor parte se destina a las prerrogativas, o como se dice en el argot social, a mantener a los partidos.
De tal suerte que, si le hicieran ajustes al presupuesto, la afectación impactaría en el proceso electoral porque las estimaciones del gasto, son las más apegadas a la realidad.
Definitivamente que ya no se debe permitir dispendios en la función pública, también es cierto que tampoco se puede exponer a organismos tan importantes como es el electoral, a que el resultado de su trabajo vaya a poner en duda el triunfo de una elección por la falta de recursos que lleven a reducir la plantilla de personal o bien falte equipo o implementos que garanticen el buen desarrollo de un proceso electoral.
Lograr la democracia, y la transparencia de la misma en México, no ha sido tarea fácil, dada la ambición de los grupos en el poder, y sería un enorme retroceso, que, por ahorrarse unos pesos, le metan mano a la estructura y el presupuesto de los órganos electorales.
La transformación de México no ha sido fácil, estamos de acuerdo, pero no se puede exponer, y mucho menos acabar con los responsables de levantarle la mano a los elegidos del pueblo… solo basta que recuerden como, o por quién, llegaron al poder.