SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
¿Retroceso en educación?
No cabe duda que los tiempos han cambiado, que la modernidad ha transformado la vida de todos, para bien o para mal, aunque mucho depende, de cómo le haya ido a cada quien en la feria.
Sin embargo, para desgracia de las nuevas generaciones, todo hace indicar que la brecha generacional cada vez se torna más profunda, más distante, porque la visión de la vida en la mayoría de las ocasiones es muy distinta entre unos y otros.
Ahí está el caso de la Secretaría de Educación de Tamaulipas, qué a decir de la titular de educación básica, tiene como objetivo que los niños concluyan el tercer grado de primaria sabiendo leer, escribir y comprender lo que leen, como parte de la política de aprendizajes fundamentales.
Y la verdad es que ese “objetivo” no tendría nada de malo, incluso sería plausible, sino fuera porque quiérase reconocer o no, eso es un retroceso en las estrategias educativas comparadas con las del pasado, porque habría que recordar, qué en las generaciones del ayer, los niños en primer grado de primaria aprendían a leer y escribir.
De tal suerte que, para el tercer año, la gran mayoría dominaba perfectamente bien el alfabeto, manejaba la comprensión lectora y de las matemáticas ni hablar, con todo y que esa materia era y sigue siendo el talón de Aquiles de casi todos los estudiantes.
La subsecretaria afirma que actualmente, esta “estrategia” alcanza al 40 por ciento del alumnado de primero a tercer grado; sin embargo, se proyecta cubrir al 100 por ciento en el siguiente ciclo escolar.
Lo que significa, o se infiere que esas generaciones ya tienen un retraso educativo, comparadas con las del pasado, y que las nuevas no escaparan a esta nueva dinámica de enseñanza-aprendizaje.
Es aquí en donde se entiende la declaración de la profesora y diputada local, Blanca Anzaldúa Nájera, que asegura que los estudiantes de quinto y sexto grado de primaria no saben leer.
Vaya usted a saber de quien fue la idea de cambiar el sistema educativo en primarias, pero está claro que será un retroceso.
Salvo que la intención sea formar una generación conformista, que no piense o analice y solo sobreviva a costa del gobierno.
De ser así, no habrá mejor estrategia, y esto vendrá a sumarse a las reformas que han transformado dependencias y organismos autónomos que hoy dependen totalmente del poder en turno.
Dicen que la educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo… ¿entonces?…
