SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade
México; a favor de la paz
¿Quién gana y quien pierde en una guerra? bueno, pues en consideración propia creo que gana la soberbia que da el poder, y pierde, como siempre, porque además así lo ha consignado la historia de los conflictos pasados, el pueblo, la gente que nada sabe y menos entiende de conflictos bélicos derivados del manejo y control de fuerza que tiene una nación.
Para nadie es un secreto el conflicto entre Israel e Irán, y al cual entro porque simplemente así lo determinó, los Estados Unidos, cuyo presidente Donald Trump envió misiles a Irán, consolidando así su respaldo y alianza a Israel.
Claro que como era de esperarse, Trump no fue lejos por la respuesta y le bombardearon sus instalaciones en Qatar, y aunque dijo, como los niños cuando se pelean, no le dolió porque solo un misil los alcanzó, lo cierto es que esto solo es el comienzo de una cruenta y costosa guerra que traerá consigo dolor y pobreza, amén de las atrocidades que suelen darse en un desencuentro de esa naturaleza.
¿Nuestro país y por ende nuestro Estado tienen problemas?, en esencia no, por tres razones, Una, México no es un país como nuestros vecinos del norte, proclive a la guerra, Dos; Nuestro país está a favor de la paz entre las naciones y Tres; quizás la de mayor peso, por más que se quisiera participar, no cuenta con la estructura necesaria para un enfrentamiento de esa naturaleza.
Vaya, hay ocasiones que en los problemas domésticos no se tienen los recursos necesarios para enfrentar a los de casa, menos para pensar en mandarles misiles.
Sin embargo, seguramente como el resto del mundo tendrá repercusiones en lo económico y comercial, porque estamos en un mundo globalizado.
Por lo pronto, la presidenta Claudia Sheinbaum ya fijó su posición, y la verdad no podría ser otra, pues llamó a la paz con una frase del extinto papa Francisco. “La guerra es el mayor fracaso de la humanidad. No hay futuro en la destrucción sino en la fraternidad, la paz no solo es ausencia de guerra, es la construcción de la justicia”.
Y bien lo decía el fallecido pontífice, porque la guerra es el mayor fracaso de la humanidad, y lo peor de todo, es que no se ha aprendido de la historia vivida.
De nada han servido los miles de muertos y damnificados que dejaron esas batallas que al final del camino solo sirvieron para levantarle la mano al vencedor, pero que solo le dejó lo mismo que al vencido, mucho dolor y pobreza.
En fin, queda claro que la condición humana no cambia, esperemos que este desencuentro, que seguro estamos no dejará nada bueno para nadie, dure mucho menos que los pasados.

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