
SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
¿Elección extraordinaria?
El día de la elección judicial finalmente llego, porque como diría el dicho, no hay fecha que no se cumpla, y para bien o para mal, el día de ayer los mexicanos, y por ende los tamaulipecos salieron a elegir a los nuevos ministros, jueces y magistrados.
Esta elección cuyos resultados oficialmente serán dados conocer hasta dentro de diez días, es histórica, porque por primera vez en México, los integrantes del poder judicial serán electos por el pueblo.
Claro que, como todas las elecciones en nuestro país, tuvo sus contratiempos para su desarrollo, pero nada nuevo ni que ponga en riesgo el resultado de la misma.
Sin embargo, es entendible y hasta predecible que habrá impugnaciones, como ha sucedido en muchas de las elecciones que se han tenido en el país, pero pues no prosperarán.
Y también, como se ha presumido en casi todas las anteriores, los opositores al partido en el poder, denunciaron “mano negra” en el proceso, asegurando que habría inducción al voto a través de las famosas “acordeones”, y claro que existía la posibilidad de que así fuera, pues finalmente el ejercicio del poder da esa y muchas otras posibilidades.
Pero es aquí, en donde el ciudadano común se pregunta qué hicieron los opositores para evitarlo, dada la experiencia que tienen, porque también fueron gobierno y se presume que no acdtuaron distinto en su manejo.
En fin, en todo esto hay una verdad, y esta es que guste o no, el conteo de votos para designar a los nuevos ministros, jueces y magistrados, ya inició, y solo será cuestión de días para conocer sus nombres.
Pero, además, se podría presumir, incluso hay hasta quienes lo afirman, que los famosos “acordeones” no salieron de una sola oficina, sino que hubo tres sectores del mismo poder que operaron con sus respectivas estructuras, lo que significa que no hubo coincidencia en un interés, y que la orden fue desdeñada.
Y aunque no lo crea, hubo sectores populares que hicieron lo que no hicieron los partidos de oposición, que fue operar con sus “gallos” para impedir la llegada de los “candidatos oficiales”.
¿Lo lograron? eso lo sabremos cuando den a conocer los resultados, pero lo qué si es cierto, es que los mexicanos tuvieron una vez más la oportunidad de votar y con ello cambiar el rumbo del poder judicial, que se afirma, además de la evidencia registrada, que estaba invadida por la corrupción.
“Patalear” como niño chiquito o chiflado, no sirve de nada, y tal parece que la nueva generación de políticos no aprendieron nada a sus maestros, y por ello ahora se podría decir; Habemus nuevo poder judicial.