SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade

El reto de la elección judicial

Dicen que en gobierno no hay mejor programa o estrategia que aquella que propone el Jefe, así sea costosa y existan otras alternativas, pero como eso es parte de las delicias del poder, pues a los subordinados y al pueblo en general no le queda otra que adoptar la frase aquella que dice: “donde manda capitán, no gobierna marinero” Y pareciera que justamente eso esta sucediendo en el tema de la reforma judicial, en donde la mayoría de las voces de los actores políticos están en contra por el costo que significa la elección de los nuevos jueces y magistrados, además del procedimiento y la promoción de los aspirantes.

Claro, que hay quienes aseguran que la descalificación a la famosa reforma es solo “pataleo” de la oposición y malquerientes del Lopezobradorismo”. Pero en medio de todo ello algo habrá de verdad, sin embargo, si algo es cierto es que, de entrada, será una elección costosa, cuando originalmente su designación era facultad del poder en turno, en este caso, sería de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Por otro lado, el sistema de elección, aunque ya está definido, es algo complicado, al grado que los mismos responsables de los órganos electorales lo descalifican. Y ahí no para la cosa, porque recién acaban de determinar que la promoción de los aspirantes será con cargo y costo al bolsillo de cada uno de ellos, cosa que no está del todo mal, pues sería una carga menos para federación y Estado.

Pero, hay un problema, o duda, porque, aunque advirtieron que no debe haber financiamiento externo, ¿Cómo van a cuidar y garantizar que no existan pesos de grupos políticos, o de dudosa procedencia? El riesgo en este sentido siempre va a existir, como sucede en cualquier elección constitucional, pero en este caso, si llegara a suceder, la justicia tendría costos o intereses.

En fin, el punto es que la reforma judicial fue aprobada y el proceso de elección sigue su curso, esperemos que la promoción del proceso tenga buenos resultados para que el ciudadano común, esos que van a ir a las urnas, en caso de que así sea, porque, aunque la autoridad estima que acudirá un 20 por ciento del padrón electoral, los que saben de elecciones estiman que solo saldrá a votar un 5 por ciento.

Por todo esto se puede presumir una vez más que el sistema de difusión no va por el camino correcto, y que su “método o procedimiento”, no alentará la participación ciudadana como debiera. Pero como dicen las consejas populares, que son sabias, y así lo decía López Obrador: no hay peor ciego, que el que no quiere ver.

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