SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
Adiós al semillero de México
Los productores del norte de Tamaulipas van de mal en peor, por un lado, las condiciones climáticas que generalmente les son adversas, luego los programas de riego que dependen de las circunstancias, y finalmente los precios del producto que prácticamente ya no existen porque están sujetos a los precios internacionales y por ende a la devaluación o apreciación del peso mexicano.
De tal forma; que se puede decir que el campo ha ido “muriendo” de ahí que estemos bastante lejos de ser el llamado “semillero de México”, y de continuar con el abandono por parte del gobierno federal, y los supuestos expuestos, terminará por extinguirse.
Por lo pronto, lo que queda de la actividad agrícola está enfrentando la falta de agua, que, aunque se puede presumir que las presas tienen volúmenes suficientes para garantizarles el riego, sin embargo; es común que se incumplan los programas, y ahora con mayor razón porque descubrieron que se pierde el 50 por ciento del agua de las presas en los riegos parcelarios.
Se argumenta que los drenes y canales de riego requieren de mantenimiento, incluso de enlosarlos para evitar que el agua se desperdicie al ser conducida, porque el sistema “rodado” data de más de 70 años.
Y la verdad tienen razón, pero caray, alguien debió decirles que eso no es novedad, de ahí que en los gobiernos del priiato se hayan enlozado la mayoría de los canales y drenes, incluso en los años ochentas, cuando personal de la desaparecida S.A.R.H. buscaba alternativas para mejorar el sistema de riego y no desperdiciar tanta agua, porque siempre ha sido así, los vecinos del norte les informaron que tenían diez años que habían concluido las investigaciones de ese tipo. De ahí que en sus tierras se vea mangueras y “paípas” como les llaman ellos, con lo cual lograron que no se desperdiciara el agua.
Queda claro que dejar la administración de la infraestructura hidráulica a los productores y el abandono total de que fue objeto el campo por parte del gobierno federal, es lo que mantiene al punto del colapso a la actividad agrícola.
El campo no aguanta más, fue un buen slogan político, pero hoy se puede decir que en realidad es un grito desesperado.