SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade
“La magia” de la amistad
México mágico, una frase que reafirma todo lo extraordinario o increíble que puede suceder en nuestro país, sobre todo en el ámbito político y público, y lo cual por más lógica que le aplique, no se le encuentra explicación alguna.
Y el tema llega por el caso publicado de un ex funcionario de la Comapa-Victoria, que hace algunos años demandó al organismo operador del agua tras haber sido despedido.
Sin embargo, pese al antecedente, el “trabajador” amigo del aun alcalde de Victoria “Lalo” Gattas, fue contratado de nueva cuenta, aun con el riesgo de proceder contra la dependencia cuando fuera dado de baja.
Pero como en el poder no hay límites, lo pusieron en la nómina, para luego ascender al círculo cercano al munícipe y obvio a cobrar en la alcaldía.
Pero como todo lo que sube, baja, pues le “cambiaron” el puesto y hoy, trasciende que con todo y la relación de amigos que tenía con “Lalo”, la demanda inicial prosiguió su curso, y ahora tendrán que indemnizarlo con la nada despreciable cantidad de cinco millones de pesos.
De ese tamaño fue el compromiso del hoy ex empleado de la Comapa que pasará de asalariado de la burocracia, a millonario, gracias a la permisividad que da la amistad y el poder.
Este caso sin lugar a dudas que debería dar paso a una investigación sobre las demandas laborales con que cuenta este organismo, y todas las dependencias del ayuntamiento victorense, para evitar que este tipo de casos se estén dando.
De hecho, quizás hasta se debería legislar para hacer corresponsables en casos como estos, a los directores de recursos humanos y contralores, porque no se puede o debe seguir regalando los recursos públicos, por más amistad que exista entre dos personas.
Por lo pronto, Comapa Victoria tendrá que sacar esos cinco millones de pesos de donde pueda para cumplir el mandamiento judicial, y lo más seguro que suceda, como consecuencia, es que las fugas de agua y drenaje tardarán más años en ser reparadas.
Dicen que pitágoras nunca se equivoca cuando de repartir se trata, y menos cuando el porcentaje es dividido a la mitad.
Viva la amistad, aunque el pueblo sufra.

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