SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
La fuga de información
Todos los sistemas de seguridad son buenos, hasta que se violentan, que es el caso de la confidencialidad o secrecía de datos personales que dispone el gobierno por sus diversos programas sociales u oficiales, o la iniciativa privada por lo que oferta a sus clientes; se mantienen y garantiza hasta que sale a la luz pública que estos fueron hackeados o sustraídos.
De ahí que hoy en día exista el temor fundado del ciudadano común de proporcionar todos sus datos generales en cada tramite que realiza por el constante robo que se registra. La sustracción de información personal confidencial no es nueva, y el mejor de los ejemplos fue la venta de listados que robaron en años idos del entonces Instituto Federal Electoral y se ofertaba al mejor postor en la ciudad de los palacios.
Hoy el peligro de la fuga de información es mucho mayor porque puede involucrar al ciudadano en compras o actividades ilícitas sin que éste haya participado, y obvio esté enterado.
El problema mayor en este caso, es que difícilmente se ha actuado en contra de estos ladrones de identidad, y menos en contra de quienes aseguraron garantizar la guarda y custodia de la información.
Y esto viene a tema porque trascendió el robo de identidad para regularizar autos de procedencia americana, y en casos como Tamaulipas, la autoridad estatal tiene conocimiento del hecho, hasta ahora en Matamoros, pero como bien lo dijo, el Estado solo expidió las placas; El trámite se hizo ante el REPUVE. Entonces, se tendría que preguntar: ¿hubo complicidad de los trabajadores de esta dependencia? Porque para regularizar un auto requerían la presencia física del solicitante con los documentos de identidad en mano.
¿Cómo es que autorizaron el trámite solo con la presentación de los documentos, cuando la tramitología exigía la presencia del interesado? Queda claro que de alguna manera hubo o hay complicidades. Partiendo de eso surge otra interrogante: ¿el robo de identidad se sigue dando para ese trámite?, por la complacencia de la autoridad. Por cierto, para el trámite de placas, también tiene que acudir el interesado con su credencial de elector en mano.