Opinión pública
Por: Felipe Martínez Chávez
La reelección corrompe
Cd. Victoria, Tamaulipas.- La reelección fue una mala experiencia para México. En el Congreso de la Unión se estacionaron holgazanes y en las presidencias municipales auténticos bandidos.
Menos mal que los gobiernos PAN-PRI no aprobaron la continuidad de los gobernadores. A lo mejor estaríamos sufriendo seis años más del grupo cabezón en el poder.
Con sus excepciones, está comprobado que la permanencia en el poder corrompe a los más honrados.
Se crean cacicazgos. Nadie que llega a la nómina oficial quiere dejar el hueso. Los cargos tendrían que ser honoríficos para que se acabe la calentura.
Pues bien, para que nuestros políticos cuerudos vayan midiendo y calculando sus aspiraciones, en conferencia de prensa la presidenta Claudia Sheinbaum se volvió a referir a la no reelección. Enviará iniciativa en los primeros meses del 2025, antes que otras reformas anunciadas.
Si el asunto viene como está anunciado, en Matamoros no se podrá reelegir Alberto Granados; en Madero Erasmo González; Mónica en Tampico, ni en El Mante Patricia Chío, por mencionar municipios intermedios por su número de habitantes.
La historia nos dice que fue peor la continuidad que un solo bienio o trienio. Se creyeron “napoleoncitos” como “La Borrega” López, en Matamoros, y Adrián Oseguera, en Madero. Por sus tanates querían dejar sucesor y para ellos senaduría o diputación federal.
Don Borrega le tiró patadas al balancín. Trató de meter con calzador a su compadre Carlos Ballesteros, y tiró lodo a Morena, partido que no llevó al poder, incitando a la comunidad a no votar por las siglas. Se le subió el poder.
Caso parecido al de Oseguera. Proyectó y tenía listo a su hermano Abel para sucederlo. Le mandó construir una candidatura con dinero que no salió de su chequera.
Cuando le dijeron que no se podía, amenazó con dejar el partido. En parte de salió con la suya; su carnal Oscar es segundo regidor con Erasmo.
Ambos dos, Borrega y Adrián, buscaron la candidatura al Gobierno estatal y se registraron para senadores. Nada más falta que alarguen su chiflazón para el 2028.
Seis años en el poder les hicieron sentirse reyezuelos, insustituibles, los non plus ultra de sus regiones. Vendieron cara su intransigencia porque son diputados federales, uno por mayoría y el otro becado plurinominal.
En una epidemia que se da en otros partidos. Amargas experiencias -para los ciudadanos- las de Jesús Antonio “El Arabe” Nader, en Tampico, y Maki Ortiz Domínguez, en Reynosa, postulados por el PAN.
Mr Arabe dio madruguete y enlistó a su pupila Rosa González para la presidencia del puerto. Quería seguir con su cacicazgo sin tomar en cuenta al respetable que, con su voto, los echó a patadas del edificio municipal. Hartaron sus dos administraciones al hilo en que dejó endeudadas las arcas.
De todas maneras ganó -no con lana de su bolsillo-, porque sacó para él escaño en la cámara federal y asiento en el Congreso Local para su “arbano” Schekaiban Ongay.
Hay mucho que decir del cacicazgo -que comenzó con reelección- de Maki Ortiz en Reynosa, quien al igual se creyó factótum de poder para seguir decidiendo el destino de la ciudad más grande de Tamaulipas.
La continuidad hace traicionar principios, envilece, nubla la vista a los más tontos, les hace aflorar su cinismo.
Hay más casos, municipios más chicos en que los latrocinios de los repetidores fueron tan grandes, que la Auditoría Superior les retachó cuentas públicas y siguen batallando para conseguir facturas falsas que justifiquen gastos.
El proyecto de Claudia vendrá “copeteado”, como dijo: “Que no haya nepotismo, que no haya reelección en ningún puesto… No debe elegirse a un hermano, papá, primo, esposa, esposo, hijo en el siguiente puesto de elección”.
Que le vayan pensando las personitas que acostumbran pasarse las chambitas oficiales como si fueran empresas privadas, verbi gracia Maricela Rodríguez González, de Bustamante, quien ahora se firma como “doctora” luego que mercó un título honoris causa con una casa de estudios patito.
Al decir de paisanos suyos, le costó 130 mil pesillos pagaderos uno tras otro al también sedicente doctor mercenario nacido en El Mante.
Y que le piense el cacique Tinajero, de Antiguo Morelos, que lleva 15 años turnándose la alcaldía con su esposa Evangelina.
Hablando de la zona cañera, la Auditoría Superior dio jaque al ayuntamiento panista de El Mante, cuenta 2023, por actos que evidencian corrupción, caso concreto una factura de 23,200 pesos por renta de pantallas, según el concepto, pero sin identificar a quién benefició.
El cabildo autorizó 16.4 millones en gastos sociales, pero se les “perdieron” 12.3 meloncillos ¿quién el responsable? Noé Ramos está muerto. Lo sucedió Sergio Fernández Medina.
Hay 27 recomendaciones, la ASE los citó el 27 de septiembre pero hicieron caso omiso. El expediente seguirá su curso legal y puede haber lastimados.