Niño genio acusa: me quieren limitar; pide a autoridades no ser sordas ni absurdas
Al ser galardonado con la presea en la categoría al Mérito Intelectual de la Niñez por la Fundación José Pagés Llergo, Carlos Santamaría, el universitario más joven en la historia de la UNAM, quien fue víctima de acoso durante su primer semestre por parte de personal académico de la institución, demandó a las autoridades universitarias “no ser sordas ni absurdas”.
“El pasado viernes, las autoridades de la UNAM, que no representan sus valores, nos han puesto una nueva trampa: pretenden limitarme o sacarme con argumentos sicológicos; lo hicieron antes.
“Sepan que son ellos los que no merecen estar ahí, son los emocionalmente débiles y no yo”, reclamó Carlos.
La semana pasada, el Juzgado Tercero de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México notificó a Fabián Santamaría, padre de Carlos, universitario de 13 años, que se designó a la maestra Miriam Camacho Valladares, para realizar una evaluación sicológica de Carlos en la Facultad de Psicología, pero éste se declaró en “rebeldía”, y no llevará a su hijo a dicha ponderación, porque tiene miedo de que la Máxima Casa de Estudios sea juez y parte.
Carlos acaba de terminar su tercer semestre en ciencias en la UNAM. Conoció Ciudad Universitaria a los ocho años e ingresó a los 11 años a la Facultad de Ciencias. Pensó que su lucha sólo sería académica, pero resultó ser social y administrativa.
“Recientemente, el poder judicial me dio la razón de abrir ahí, en la UNAM, espacios adecuados para soñadores como yo; soñadores necios que se aferran a hacer cosas diferentes, pero hoy sé que necesito de ustedes, de ustedes que pueden ayudarme con otra parte para la realidad de este sueño. Por favor, convoquen a las autoridades universitarias a no ser sordas, invítenlas a no ser absurdas”, pidió.
En septiembre pasado, Excélsior dio a conocer que un tribunal federal otorgó un amparo a Carlos para que la institución determinara en qué medida “el acoso y la difamación de la que fue víctima” permeó en la comunidad universitaria y, a partir de dicho análisis, reparara el daño sufrido.
Luego de dos meses, la UNAM acató el amparo; sin embargo, Fabián Santamaría denunció que no tomó acciones que involucren a los acosadores del niño universitario y, por lo tanto, no son suficientes para resarcir las afectaciones que sufrió su hijo.
“Cada vez, hay más chicos y chicas de corta edad en la delincuencia; yo no creo que exista un niño que no sueñe con un mundo mejor. No tenemos miedo a lograrlo y lo vamos a conseguir, si no por la puerta, ya sabemos cómo hacerlo, aunque sólo quieran poner ventanas”, concluyó Carlos.