Gasta $240 mil en vuelos; eroga 93% menos que Peña en el mismo periodo

Gasta $240 mil en vuelos; eroga 93% menos que Peña en el mismo periodo

Quizá el presidente Andrés Manuel López Obrador sea uno de los mexicanos que lidera la lista de los pasajeros frecuentes de las aerolíneas comerciales del país. Ha viajado en transporte aéreo un promedio de 13 veces al mes desde 2016 a la fecha, realizando más de 340 vuelos.

Si el presidente mantuviera un promedio de 13 vuelos por mes, como los ha hecho en los primeros 90 días, al final de su sexenio podrían llegar a 936 vuelos.

En los primeros tres meses de su gobierno, Andrés Manuel López Obrador gastó alrededor de 240 mil pesos en boletos de avión y voló 40 veces al interior de México; mientras el expresidente Enrique Peña Nieto, en el mismo periodo fue a tres ciudades de América Latina: Santiago de Chile; Montevideo, Uruguay y San José, Costa Rica, representando un costo al erario público por transporte aéreo de 275 mil 258 dólares, de acuerdo con información de la Plataforma Nacional de Transparencia y documentos de la Oficina de Presidencia.

Si los 275 mil 258 dólares se convirtieran a moneda mexicana con un valor de 12.9 pesos por dólar, precio vigente en el primer trimestre de 2013, daría una suma de tres millones 550 mil 828 pesos.

Es decir, que Andrés Manuel López Obrador en 40 trayectos gastó tres millones 310 mil menos que Peña Nieto en volar a tres ciudades de América Latina.

A pesar de este ahorro al cambiar el avión presidencial por los vuelos comerciales entre el sexenio pasado y el de López Obrador, todavía en la primera quincena de marzo de 2019, la Dirección General de Recursos Humanos, mantenía vigente el pago de la nómina de la Coordinación de transportes aéreos presidenciales equivalente a un millón 786 mil 670 pesos.

El trayecto más barato que realizó, durante sus primeros tres meses de gobierno federal, fue Guadalajara-Ciudad de México (20 de enero de 2019) por el que se presentó la factura número 3098 por un valor de mil 290 pesos.

Mientras que el boleto más caro fue de la Ciudad de México a Tijuana, (el pasado 6 de enero) por un costo de 15 mil 499, según la factura 2999.

López Obrador gasta en promedio 4 mil 266 pesos por trayecto desde que inició su gobierno presidencial, según las facturas presentadas entre el 2 diciembre al 24 de febrero.

En la solicitud de transparencia, folio 0210000051219, en la que Excélsior solicitó el gasto total de boletos de avión de las giras presidenciales, también se pidió anexar los nombres de los servidores públicos o colaboradores que acompañaron a López Obrador; sin embargo, la respuesta fue que no existía evidencia documental para responder a ese tipo información.

De acuerdo, con documentación conseguida directamente con la Oficina de Presidencia, hasta ahora sabemos que algunos de los funcionarios que han acompañado al presidente en sus giras son: Daniel Asaf Manjarrez, coordinador de Enlace Institucional; Abraham  Eugenio Carro Toledo, Cecilia Fernández Garelli, Estefany Correa García, Subdirectores de la Coordinación General de Política y Gobierno; Erick Cuauhtémoc Becerril Ocampo y Gabriel Rodrigo Violante Duran de Comunicación Social y Vocería del Gobierno.

Ahora que dejó de utilizarse el avión presidencial y se puso a la venta con la finalidad de reducir los costos y realizar cada una de las giras de López Obrador en vuelos comerciales, primero se solicita el dinero de los viáticos a la Coordinación de Enlace Institucional de Presidencia y luego esta oficina pide el reembolso a la Dirección de Finanzas de Presidencia.

Cada formato de reembolso debe incluir la siguiente información: número de factura, nombre del comisionado (Lic. Andrés Manuel López Obrador), concepto de factura (donde incluye origen y destino), concepto (boleto), de (día de salida), hasta (día de llegada), mes y total comprobado (costo del pasaje).

Además se anexa alguna explicación en caso de imprevistos, como ha sucedido con la cancelación de giras.

Una de estas giras, en las que se perdió el dinero invertido en los boletos de avión, y debieron comprarse nuevamente fue cuando explotó un ducto por la ordeña de combustible en Tlahuelilpan, Hidalgo, el pasado 19 de enero.

“Las facturas 3006 y 3101 así como la 3008 y la 3009 de transportación aérea repiten el concepto ya que, por cambios de la agenda de último momento, se compraron vuelos con distinto horario”, explicó  Pablo Dalí García, en el oficio “asunto de pago” con folio 00983.

Desde 2016 a la fecha, Andrés Manuel (primero como representante de Morena, luego en las precampañas, durante el periodo de intercampañas y en los primeros dos mes de presidente) se ha subido a más de 340 vuelos.

De los 340 vuelos en los que ha viajado e invertido un millón 361 mil pesos en los pasajes aéreos en los últimos tres años; los destinos a los que más ha llegado son: 17 veces a Villahermosa, Tabasco; 13 veces a Veracruz; 12 a Monterrey; nueve a Oaxaca: ocho a Torreón; siete a Tepic; seis a Guadalajara; seis a Durango; cinco a Culicán y cinco a Mérida.

El año que se lanzó como candidato a la Presidencia, 2017, fue precisamente cuando más giras internacionales realizó. Recorrió Estados Unidos, América Latina y a Europa. Entre febrero y marzo de ese año visitó seis ciudades de EU, pasajes aéreos que costaron 84 mil 516 pesos. Mientras en julio y agosto recorrió Santiago de Chile;  Lima, Perú; Quito, Ecuador y San Salvador por 91 mil 389 pesos. Por último, en septiembre concluyó sus giras al extranjero en Londres, Inglaterra y Bilbao, España; este viaje a Europa tuvo costo en boletos de avión de 50 mil 650 mil pesos.

El periodo que más viajes aéreos ha realizado López Obrador fue durante el periodo de intercampañas. En menos de un mes (del 9 de febrero y al 3 de marzo de 2018) voló 39 veces.

PROVOCA OLAS DE GENTE EN SUS TRASLADOS

Andrés Manuel López Obrador acostumbra identificarse con los empleados de las aerolíneas utilizando la maltratada licencia de conducir permanente que obtuvo cuando era Jefe de Gobierno.

Arrastra o carga su propia maleta, evita cualquier ayuda especial del personal de los aeropuertos y señala que todos esos reporteros que lo acompañan en cada viaje esperan alguna deferencia “para tener nota”.

Hace fila para ingresar al avión mientras platica con los pasajeros, con las sobrecargos, con los pilotos y ocupa un asiento al lado de la puerta de emergencia. A su lado siempre viaja el coordinador de la Ayudantía, Daniel Asaf. Los asientos contiguos son ocupados, generalmente por elementos de la Ayudantía que suelen llevar café y algún refrigerio para el Presidente.

Es la rutina que repite al menos dos veces por semana desde hace casi dos años, en los que se convirtió en uno de los viajeros más frecuentes del país.

Como no había ocurrido en la historia de México, la agenda presidencial está sujeta a los itinerarios de las aerolíneas comerciales.

El Presidente ofreció realizar viajes a los estados de viernes a domingo y ha cumplido su promesa de utilizar únicamente aerolíneas comerciales. Y las ha utilizado todas.

Ya en pleno vuelo, el Presidente convierte ese pequeño espacio a kilómetros del suelo en una extensión de su oficina presidencial.

Platica con los secretarios o funcionarios que lo acompañan, incluso habrá tiempo para aceptar una fotografía con un pasajero, escuchar alguna petición e incluso dar una conferencia de prensa en su propio asiento.

Por lo regular los vuelos en que viaja el Presidente van llenos, pues una vez que se anuncia el itinerario a los periodistas acreditados inicia una carrera para comprar los asientos.

Reporteros, camarógrafos, fotógrafos, asistentes de producción, además del personal de secretarías de Estado y de la Ayudantía que apoya a López Obrador llenan los espacios disponibles en cada vuelo.

La llegada del titular del Ejecutivo conmociona las terminales. Desde horas antes de su arribo se reúnen personas que buscan verlo, entregarle algún documento o tomarse una fotografía.

A pie de la puerta de salida de pasajeros se agolpan manifestantes de todo tipo, exesposas de policías que exigen las pensiones a que tienen derecho tras la muerte de sus esposo muertos en acción (Culiacán); padres de familia que exigen atención para sus hijos que han visto interrumpidos los tratamientos contra el cáncer por recortes (Acapulco y Mérida); pago de tierras expropiadas por el gobierno (Morelia); proyectos de abasto de agua, entre otros.

Las llegadas son verdaderas marabuntas de gente que busca entregarle un folder, un sobre, una carpeta con alguna petición para el Presidente, saludarlo, pedirle un autógrafo, recordarle la amistad de la infancia, e incluso para bendecirlo y derramarle “aceite bendito”.

Los medios locales buscan alguna declaración del Presidente sobre temas regionales, y los medios nacionales luchan por captar cualquier detalle inusual en medio de la muchedumbre que se agolpa en torno al Presidente hasta la camioneta en que se trasladará.

Esta dinámica será mantenida hasta el final de su administración porque como dice el propio Presidente “ya no hay avión presidencial”.

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