¿Fue éxito o fracaso?

¿Fue éxito o fracaso?

¿Fue éxito o fracaso?

ANTONIO FRAUSTO

¿Fue un éxito o un fracaso la elección al Poder Judicial? Esa es la pregunta que muchos se hacen, luego de que el domingo, los ciudadanos tuvieron por primera vez la oportunidad de salir a votar para elegir a las juzgadoras y juzgadores que tendrá el país por los próximos años.
Y es qué, el hecho de que tan sólo entre el 12 y 13 por ciento del padrón electoral saliera a votar es un porcentaje muy bajo, pero el hecho que 12 ó 13 millones de mexicanos se tomaran el tiempo para acudir a las casillas con todas las complicaciones que representó votar, también es un hecho a destacar.
Como era de esperarse una vez concluida la jornada electoral, la oposición señaló que la bajísima participación ciudadana es un claro reflejo de la indiferencia de la mayoría de los mexicanos, es decir, que la elección no despertó el interés ni la pasión de una elección tradicional con los partidos políticos.
Por supuesto, también como se esperaba, el oficialismo hizo lo propio, asegurando que los millones de mexicanos que votaron es un reflejo de que el pueblo de México, sí le interesó y salió a emitir su sufragio para elegir a sus representantes.
Lo cierto es que, al igual desde que inició el proceso para reformar al Poder Judicial, las opiniones estarán divididas de acuerdo a la óptica con que se mire, o mejor dicho de acuerdo a los intereses que le convengan al grupo al que se pertenezca. Quienes son afines al gobierno verán lo positivo y quienes están en contra solamente las cosas negativas.
Si lo vemos desde una perspectiva costo-beneficio, como lo hace la oposición, es innegable que la elección fue un fracaso, pues la cantidad de recursos humanos, tiempo, pero sobre todo dinero que se invirtió, con la preparación de la jornada, impresión de millones de boletas fue enorme, para un tan bajo porcentaje que acudió a las urnas.
Si el INE contó con un presupuesto de 7 mil millones de pesos para la elección y alrededor de 12 millones de personas votaron, es decir, que cada voto costó poco más de 600 pesos por persona. Sin duda, el costo más elevado por mexicano en la historia de las elecciones en México. Entonces claramente podemos asegurar que fue demasiado dinero.
Pero sí lo vemos desde una perspectiva intangible, desde los ojos del oficialismo, en donde más que el dinero que se invirtió, lo importante es lo que representa cambiar la forma en que se conformará el sistema de justicia en México. Entonces no fue un gasto millonario, sino una inversión más que redituable, pues tener el control de buena parte del sistema de justicia vale más que la pena.
Por eso asegurar que la elección al Poder Judicial en México, fue un éxito o fracaso dependerá del cristal con que cada persona mire el contexto. Creo que el verdadero debate sobre si esta reforma judicial y la elección a juzgadores serán un éxito o un fracaso, se verá en los siguientes meses o hasta años, cuando las y los elegidos en las urnas entren en funciones.
Pues será de acuerdo a las resoluciones que tomen los próximos jueces, magistrados y ministros, donde verdaderamente podremos asegurar si el esfuerzo extraordinario que se hizo valió la pena o no. Sí las decisiones las toman en base a las leyes diremos que son justas, pero si lo hacen en base a interés por encima de la ley, diremos que todo fue un engaño.
Por eso sólo nos queda esperar para asegurar si la elección al Poder Judicial en México es verdaderamente un éxito o fracaso. Pues hacerlo en estos momentos solo significaría calificarla de acuerdo a nuestra visión ideológica o peor aún hacerlo acorde a nuestras filias y fobias.
DETONARÁ INVERSIONES EL SUR
Una de las noticias más importantes de la semana pasada en Tamaulipas, fue lo anunciado por el gobernador Américo Villarreal, la inversión histórica que tendrá la región sur de Tamaulipas, con más de 19 mil millones de pesos en los próximos años.
Y es que, casi 20 mil millones de pesos de dinero es una cantidad extraordinaria con la que verdaderamente se empezará un cambio en el rostro de esta región, que de por sí ya es importante, principalmente la zona conurbada de Tampico, Madero y Altamira, con lo que continuará su crecimiento, pero también alcanzará a otros municipios como González, Mante, Ocampo y Tula.
Pues no sólo serán los millones que invertirán con construcciones, en obras como el Teleférico Interestatal Huasteco, el Sistema Integral de Transporte o el nuevo hotel de cinco estrellas, que traerán miles de empleos al momento de ejecutarse, sino también los beneficios económicos que traerán a quienes habitan en esa región.
Lo mismo con la carretera Mante-Ocampo-Tula, el libramiento Mante y el viaducto elevado en Tampico, obras viales de gran envergadura, que facilitarán la llegada de miles de personas que irán a gastar su dinero a la zona en el ámbito turístico, pero también las millones de mercancías que se moverán y que aumentará el flujo económico.
Sin duda será un detonante fundamental para consolidar el desarrollo que desde hace décadas ha tenido la región sur tamaulipeca. Esperemos que pronto se anuncie también el arranque de otro de los megaproyectos de desarrollo que tiene el gobernador, pero en este caso para Victoria, con la instalación del Puerto Seco.
Nuevo centro logístico que de consolidarse, verdaderamente será una palanca para el desarrollo de la gente de la capital, cambiando su rostro y vocación y trayendo empleo y crecimiento para una región, que desde hace mucho requiere diversificar su vocación más allá del ámbito gubernamental.
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