
Entre ventas informales y competencia desleal, el pequeño comercio sigue de pie
Por José Gregorio Aguilar
El pasado 7 de agosto, se celebró el Día Nacional del Pequeño Comerciante, una efeméride que, aunque fue reconocida oficialmente en 2024, lleva el sello de lucha y persistencia desde 2022, cuando la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) presentó la iniciativa ante la Cámara de Diputados.
Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC, recuerda que el camino no fue sencillo explicó que más allá de su función económica, el pequeño comercio es un motor de comunidad. Genera derrama local, activa los bolsillos de los hogares y forma parte de cadenas productivas que encuentran en estos puntos de venta su mejor vía de distribución. En las tiendas de barrio se hace patria: son puntos de encuentro, conversación y reconstrucción del tejido social. Desde el trueque mesoamericano hasta los pagos electrónicos actuales, el comercio tradicional ha sido un riel por donde transita el gran tren llamado México.
Frente a los desafíos de la modernidad, la competencia desleal del canal de conveniencia y las ventas informales, ANPEC no llama a la preocupación, sino a la ocupación. El pequeño comercio está listo para enfrentar los retos del presente y garantizar su sostenibilidad futura.