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El arte de la fuga

Desiderio García Sepúlveda

Adán Augusto: del blindaje al naufragio

—El Coordinador de Morena en el Senado se queda sin respaldo político y con demasiadas cuentas pendientes—

Adán Augusto López Hernández, coordinador de Morena en el Senado, atraviesa su peor momento político. Lo que empezó como un escándalo local en Tabasco se convirtió en un problema nacional sin salida. Su exsecretario de Seguridad, Hernán Bermúdez Requena —hoy preso y acusado de liderar un grupo criminal ligado al CJNG— es la sombra que lo persigue.

La tormenta no se limita a esa relación incómoda. La diputada María Elena Pérez-Jaén presentó una demanda de juicio político para retirarle el fuero y procesarlo por presuntas omisiones que favorecieron al crimen organizado. Documentos filtrados por el colectivo Guacamaya sugieren que Adán Augusto conocía las actividades de Bermúdez desde 2021. El argumento de que “no sabía” se derrumba.

El golpe más severo provino de su propio partido. Al menos 13 senadores de Morena se rebelaron contra él, le arrebataron la capacidad de imponer comisiones y lo acusaron de opacidad en el manejo de 338 millones de pesos pertenecientes al presupuesto de la bancada.

El favoritismo hacia la senadora Andrea Chávez terminó de encender el malestar interno. Lo que hoy se observa es un coordinador debilitado, sin autoridad, sostenido apenas por la inercia del cargo. Su silencio prolongado y sus respuestas superficiales solo refuerzan la percepción de un político acorralado.

En Morena, la narrativa de “honestidad” y de “no somos iguales” empieza a resquebrajarse. La comparación con el caso García Luna ya flota en el ambiente.

Adán Augusto pasó de ser un operador con aspiraciones presidenciales a un coordinador sin control. La política no perdona debilidades: hoy, él se ha quedado sin blindaje.

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