
El PRI resucita… pero solo para hablar de corrupción ajena
Por José Gregorio Aguilar
De pronto, el PRI estatal descubrió la corrupción. Bruno Díaz Lara, su dirigente en Tamaulipas, alzó la voz para denunciar que el 68 por ciento de los agentes aduanales están tentados a caer en actos corruptos, según datos de la propia Secretaría de Hacienda y la Agencia Nacional de Aduanas (ANAM).
Pero más allá del dato —grave, sin duda—, la ciudadanía no olvida: el PRI gobernó durante décadas las aduanas, los puertos, los cruces, y calló cuando el sistema se pudría desde adentro.
La crítica del PRI a la nueva Ley Aduanera parece más un intento de revivir una dirigencia que camina con respiración asistida, que una defensa real del interés público.
Pareciera que Bruno Díaz, con micrófono en mano, busca reflectores en un escenario donde su partido apenas proyecta sombra, como lo hace el PRI municipal de ciudad Victoria, encabezado por Alejandro Montoya, ya no figura ni en los obituarios políticos.