El Comentario de Antonio Macías Ruiz

El Comentario de Antonio Macías Ruiz

Derecho a transitar con seguridad

 

Las ciudades de intenso tráfico de vehículos, se han convertido en zona de riesgo de daños, atropellamientos y de riñas detrás del volante, a veces, nos transformamos y nos sentimos dueños de la calle.

 

El más expuesto es el peatón porque muchos conductores olvidan que el peatón tiene preferencia de paso. Por eso los peatones prefieren esperar a que pasen todos los carros porque no confian que el conductor les cederá el paso y, a veces, tienen que corren porque observan que el conductor no disminuye la velocidad. Cierto que otros cruzan la calle en cualquier parte y sin precaución.

 

Transitar con seguridad es un derecho humano, pero todos los días, en las horas de mayor tráfico, conductores y peatones se ponen en riesgo la vida y la propiedad por caminar sin cuidado o conducir distraídos o a exceso de velocidad.

 

Es el peatón el que puede sufrir mayor daño. Por eso, la ley de tránsito y transporte y su reglamento ordenan que, los conductores, cedan el paso a los peatones. La ley ordena también que, el peatón, debe cruzar en las equinas, haya o no zona amarilla. Sin embargo, aún son frecuentes los atropellamientos y aumentan los choques. Esto nos dice que nos falta actitud de respeto al derecho de transitar con seguridad y buena dosis de sentido común para nuestro auto cuidado. ¿Será necesario recibir cursos de capacitación desde prescolar y la primaria para aprender a transitar con cuidado?

 

La preferencia de paso del peatón, no es un derecho de menor importancia. Mal hacemos cuando le pitamos a quien está cruzando la calle en lugar de bajar la velocidad. Olvidamos que el peatón tiene derecho preferente a cruzar tranquilo y no acosado por el conductor. Pero, el peatón, debe extremar precauciones cuando cruza en lugares distintos a las esquinas.

 

Nos sentiremos mejor cuando, peatón y conductor, mejoremos nuestro nivel de respeto o cortesía en las calles. Evitaremos daños, atropellamientos y riñas. Además, educaremos con el ejemplo porque cuando cedamos el paso a niños o niñas, seguramente, nunca olvidarán que los respetamos al cederles el paso. Lo mismo harán cuando sean conductores.

 

¿Usted qué opina? Le saluda Antonio Macías Ruiz

Noticias relacionadas

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *