Con amparo buscan que SEP informe sobre protocolos para garantizar un regreso seguro a las clases presenciales.
Por José Gregorio Aguilar
Domingo 08 de agosto, 2021.-
La Coordinadora Nacional del movimiento Educación con Rumbo, Paulina Amozurrutia dijo no estar de acuerdo con que en algunas entidades como Tamaulipas, la responsabilidad del regreso a clases presenciales prácticamente descansa en maestros y padres de familia al obligar a estos últimos a firmar una carta responsiva, cuando la autoridad, en este caso la SET, tendría que ser la responsable de liderar el regreso a las clases.
Precisamente ante esa omisión, la sociedad civil Movimiento Educación con Rumbo, recurrió al Poder Judicial y presentó un amparo para solicitar que la Secretaría de Educación Pública y las autoridades responsables, garanticen los derechos humanos de los niños, así como su salud física y socioemocional para el regreso a clases de manera presencial al ciclo escolar 2021-2022, ya que consideran que es la única estrategia para garantizar que las autoridades hagan su trabajo.
El citado amparo fue radicado en el Juzgado Noveno de Distrito, bajo el expediente 1016/2021 y tiene carácter nacional; hasta la fecha las autoridades en materia educativa han omitido acreditar la instrumentación de protocolos y adecuaciones a la infraestructura de las escuelas para mitigar el impacto de la variante Delta del COVID-19 que afecta principalmente a niños y niñas de primaria y secundaria.
La Coordinadora Nacional del movimiento Educación con Rumbo, precisó que la causa para presentar el amparo no radica en impedir el regreso a clases de manera presencial, sino en someter a un escrutinio y control constitucional las omisiones de las autoridades para garantizar que el regreso a clases sea seguro y garantice los derechos humanos de los niños.
Finalmente, Amozurrutia señaló que en materia educativa para un regreso integral se necesitan tres factores de manera prioritaria los cuales son: una evaluación y regularización de los niños sobre los aprendizajes esperados en la pandemia; una capacitación en temas socioemocionales a maestros y directivos debido a los efectos psicológicos provocados en los niños por el confinamiento; y por último, la implementación de protocolos integrales para la contención del COVID-19 en las escuelas.