Anuncia Diócesis de Matamoros protocolo para celebración de Semana Santa
Por: Tania Castillo
Reynosa, Tamaulipas.- A través de un comunicado, el obispo de la Diócesis de Matamoros, Eugenio Lira Rugarcía, dio a conocer los protocolos para la celebración de la Semana Santa que inicia el próximo 28 de marzo con la ceremonia del Domingo de Ramos.
En dicho comunicado se destacó la suspensión de reuniones masivas y procesiones, así como se exhortó a los fieles a priorizar el uso de las redes sociales para presenciar las misas y rituales desde sus hogares.
Se informó que habrá misas presenciales a diario repartidas entre las 07 de la mañana y las 07 de la tarde. Estas tendrán una duración máxima de 45 minutos y también serán transmitidas a través de plataformas digitales para que puedan participar de ellas grupos vulnerables como adultos mayores, mujeres embarazadas y personas con enfermedades que comprometen su sistema inmune.
El aforo en cada ceremonia no deberá exceder el 50% de la capacidad de cada templo. Los asistentes deberán utilizar el cubrebocas de forma obligatoria y permanente. Deberán permitir la toma de temperatura, sanitizar sus manos con gel antibacterial y limpiar sus zapatos en los tapetes.
El Domingo de Ramos se bendecirá los ramos en la misa y luego el resto del tiempo fuera del templo.
El Jueves Santo se suprime el lavatorio de los pies. Se podrá hacer un recorrido por las calles llevando el copón en un vehículo, permaneciendo los fieles en la puerta de su casa para adorar desde ahí el Santísimo Sacramento.
El Viernes Santo en la Celebración Litúrgica los fieles adorarán la Santa Cruz desde sus lugares. El viacrucis podrá celebrarse al interior de la iglesia, permaneciendo los fieles en sus lugares; o se podrá llevar una cruz en un vehículo para que los fieles la adoren desde la puerta de su hogar.
La Vigilia Pascual se celebrará reduciendo a tres las lecturas del Antiguo Testamento.
No habrá bautismos, pero sí se bendecirá el agua y se llevará a cabo la renovación de las promesas bautismales.
Este será el segundo año en que la conmemoración de la muerte y resurrección de Jesucristo se lleve a cabo de forma atípica.