2 de Noviembre, el día que los difuntos visitan a los vivos
Por José Gregorio Aguilar
Lunes 01 de Noviembre, 2021.-
El 2 de noviembre, es la fecha en la que los muertos realizan un viaje terrenal para reencontrarse con los vivos en los cementerios donde muchas de las tumbas están limpias, pintadas y llenas de flores, es una festividad y una tradición mexicana que celebra gran parte de la población católica cristiana.
Cuando aún continúa la pandemia por Covid-19, se permitió la apertura de los cementerios pero con ciertos requisitos para prevenir contagios.
El culto a los antepasados es una ancestral tradición que reúne a cientos de familias unidas por la nostalgia, la melancolía y los recuerdos en este refugio de quienes pasaron a mejor vida; los familiares se encargan de pintar sus tumbas, embellecer el área inmediata donde están situadas, y colocar ramos florales y coronas.
Amigos, enemigos, ricos y pobres, todos llegan al panteón para hacer de este lugar su última morada.
Hoy en la casa de los muertos no hay silencio ni soledad. Un sinfín de invitados llega desde las primeras horas con flores en mano. Algunas quitan la hierba en último momento, otras contratan a niños o jóvenes que hacen ese trabajo. Llegaron desde temprano con veladoras recordando con nostalgia momentos vividos con seres queridos, otros hablan de ellos como si aún estuvieran vivos.
Algunos reflejan la tristeza en sus miradas y dentro de sus corazones albergan los más profundos sentimientos de agradecimiento; hay gente que mira la cruz de las tumbas y habla con sus muertos sin importar que ahí solo haya huesos y tierra.
En el contexto de la pandemia del Covid-19, se vive un Día de Muertos sin música, sin misas, al interior de los panteones pero eso sí, muy concurrido.
En el exterior también un día también bastante concurrido para los vendedores de flores, de coronas y arreglos florales, pero también de comida; venden de todo.
Las familias victorenses lucen su sencillez en la tradición al llevar un ramo de flores. Muchas lápidas están olvidadas por los familiares, los responsables de la administración de los panteones así como del personal del Ayuntamiento trabajan a marchas forzadas para que esté en las mejores condiciones para recibir a los miles de visitantes que cada año acuden a visitar a sus difuntos.
Son dos días de grandes concentraciones y bullicio, de ajetreo comercial que rompen el silencio propio de los cementerios; dos días en los que la gente va, lleva flores, pan, velas y todos los motivos tradicionales de esta fiesta de difuntos; pero como cada año, y al igual que ocurre en el mundo de los vivos, siembre habrá difuntos que no tengan quien los visite.