Trump desiste de prohibir líquidos saborizados para vapear
Cuando el presidente Donald Trump abordó el avión presidencial Air Force One rumbo a un evento de campaña en Kentucky, había un plan sobre la mesa para que diera la aprobación final para prohibir casi todos los cigarrillos electrónicos de sabores.
Para cuando aterrizó en la base conjunta Andrews afuera de Washington unas pocas horas después, el plan ya no estaba sobre la mesa, y su futuro es incierto.
Durante casi dos meses se ha generado ímpetu al interior de la Casa Blanca para intentar frenar una epidemia de vapeo entre jóvenes que los expertos temen que ha afectado a hasta 5 millones de adolescentes.
Tanto la primera dama Melania Trump como Ivanka Trump, hija y asesora del presidente, fomentaron la prohibición, que también recibió apoyo interno de la asesora de la Casa Blanca Kellyanne Conway, quien ha tomado la iniciativa en algunos temas de salud pública.
Pero en cuanto Trump se sentó rodeado de asesores políticos en los vuelos hacia y desde Lexington, se volvió reacio a aprobar la prohibición, convencido de que podría distanciar a los votantes que necesita para la reelección, al verse afectados financieramente o de otra forma con la prohibición al vapeo, según dos funcionarios de campaña y de la Casa Blanca que no estaban autorizados para comentar públicamente sobre el tema.
Se canceló una conferencia de prensa que había sido programada por el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, para anunciar la prohibición, y se propusieron más reuniones con los líderes de la industria y cabilderos, según los funcionarios.
Trump tuiteó la semana pasada que se reunirá con representantes de la industria del vapeo, profesionales médicos y otros “para lograr una solución aceptable al dilema del vapeo y cigarrillos-e”.
Gregory Conley, presidente de la Asociación Americana para el Vapeo, agregó que el gobierno debería implementar “regulaciones sensatas y focalizadas” antes de recurrir a la prohibición, que sus opositores afirman podría provocar el surgimiento de un mercado negro de cigarrillos electrónicos.
Sin embargo, Matt Myers, presidente de la Campaña para Jóvenes Libres de Tabaco, dijo que Trump sería culpable de “políticas públicas terribles” y “malas políticas” si da marcha atrás.