En la imagen de archivo, un oso se alimenta de salmones en la isla Hokkaido, Japón. EPA/KIMIMASA MAYAMA
Estudio apunta a que los osos adaptan su dieta a los cambios climáticos globales
Una investigación internacional en la que participaron el centro Senckenberg, en Alemania, y la Estación Biológica de Doñana–CSIC, en España, revela que la mayoría de los osos pueden adaptar su dieta al clima y a la disponibilidad de alimentos, lo que modifica su papel dentro de los ecosistemas.
Este estudio sugiere que el cambio en el rol que desempeñan los grandes omnívoros podría fortalecer la resiliencia de los ecosistemas frente a los cambios ambientales globales, según informó este viernes el Centro Superior de Investigaciones Científicas español en un comunicado.
Los osos son verdaderos omnívoros y su flexibilidad en la dieta les ha permitido subsistir con éxito en una amplia variedad de hábitats.
Pueden tener una dieta muy diversa como bayas, raíces, nueces y pastos, pero también insectos, peces y mamíferos, y su composición varía según la especie y la estación del año.
Los osos pardos se alimentan por ejemplo principalmente de bayas o nueces en verano y otoño, mientras que en primavera incluyen más carne, una capacidad de adaptación que hace que los osos se encuentren en diversas regiones del mundo, desde la tundra ártica hasta los densos bosques tropicales.
Gracias a esta versatilidad, los osos desempeñan al mismo tiempo muchos roles ecológicos, de modo que cazan presas, comen carroña, dispersan semillas y se alimentan de plantas.
De esta manera, su actividad influye en las poblaciones de presas, en el crecimiento y la distribución de las plantas, en el ciclo de nutrientes y en los flujos de energía, tanto en ecosistemas terrestres como acuáticos.
Osos adaotan su dieta a los cambios ambientales
Para este estudio se recopilaron datos ecológicos procedentes de registros actuales y fósiles de siete especies de osos diferentes.
Los resultados muestran que, en regiones con poca disponibilidad de alimentos y estaciones de crecimiento cortas, los osos tienen una dieta más carnívora.
En cambio, en áreas productivas con temporadas de crecimiento largas prefieren alimentos de origen vegetal. Además, los análisis también revelaron cómo la dieta de los osos se había adaptado a grandes cambios ambientales en el pasado.
El hecho de que los osos puedan modificar su dieta en función de la disponibilidad de alimentos y del clima revela algo que hasta ahora había recibido poca atención: los grandes omnívoros pueden cambiar su papel en los ecosistemas, pasando de ocupar los niveles más altos de la red trófica a las más bajas.
A este proceso, el equipo de investigación lo denomina “recableado trófico” (trophic rewiring).
Los resultados resaltan el papel crucial que desempeña la megafauna omnívora -muchas veces también grandes carnívoros- en los ecosistemas, por lo que pueden ayudar a garantizar que las redes tróficas permanezcan estables a pesar de presiones globales como el cambio climático.
Los grandes carnívoros contribuyen a la resiliencia y estabilidad de los ecosistemas, algo esencial en un mundo que está cambiando rápidamente”, señala la investigadora Nuria Selva, de la Estación Biológica de Doñana.
Con información de EFE