SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade
Gritos en el desierto
Una vez más queda demostrado que en México ha cambiado la forma de hacer y manejar la política, que atrás quedaron los tiempos en donde las manifestaciones sociales no solo eran atendidas, sino resueltas de alguna manera, aunque fuera a medias, pero “terminaba” la inconformidad.
Hoy, o en los gobiernos de la cuarta transformación, las manifestaciones, protestas o movilizaciones, como quiera llamarles, todas han sido descalificadas, y consideradas como manipulaciones prianistas.
¿Eso es cierto?, claro que cabe la posibilidad, sin embargo, en casos como los paros carreteros que realizan los productores y transportistas de todo el país, es obvio, vaya normal, que se vea al frente y a los lados, a personas que militaron o formaron parte de los ahora partidos de oposición, incluso del mismo Morena, porque es la gente del campo la que protesta, “los viejos” sí, esos que al paso de los años han visto como se ha desgastado su tierra y los precios de garantía y la falta de apoyos que no les permite sacar avante a su familia.
En el caso de los transportistas, la demanda más sentida es la seguridad en carreteras, amén de la corrección de algunas irregularidades administrativas en su tramitología habitual.
Hoy, es el tercer día de cierres carreteros y es fecha en que no logran llegar a un acuerdo, vaya, ni los oyen ni los ven, y pese a la advertencia de las autoridades federales de que la obstrucción de las vías carreteras es un delito federal, y a la existencia de carpetas de investigación de algunos de los manifestantes, que no es la primera vez que recurren a una acción de esta naturaleza, y, aun así, siguen en pie de lucha.
Ante esta movilización todo hace indicar que el gobierno federal no dará su “brazo a torcer”, y bajo el argumento de los llamados tintes políticos que descalifican el movimiento y el recuento de los apoyos dados a los productores de algunos estados, como es el caso del fertilizante, el diésel y otros apoyos, dejarán correr el tiempo en espera de que la misma sociedad afectada por los cierres carreteros intermitentes que están haciendo, los juzgue, descalifique y los rechace, y de esa manera, termine la protesta.
Habrá que ver para cuanto le alcanza a los productores y transportistas en esta protesta, y si la descalificación o la liga con el prianismo es suficiente, no para doblegarlos, sino para volcar a la sociedad en su contra y vencerlos.
Vaya que han cambiado los tiempos, sí, esos en que la libertad, esa que demandaban los opositores del pasado, permitía la toma de oficinas, carreteras, casetas e increíblemente, hasta cruces internacionales.
Bien dicen, nunca se puede estar tan mal, que no se pueda estar peor.

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