
SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
Hechos no discursos
La misma historia
Otra vez la misma historia, en México las inundaciones dejaron comunidades en condiciones de extrema vulnerabilidad, familias que perdieron su patrimonio, sin acceso a medicinas, alimento y servicios básicos, por las torrenciales lluvias.
Hoy lo que llama la atención, porque no se estaba acostumbrado a eso, es que la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo llegara tras la tormenta y tomara “el riesgo” de recorrer las zonas afectadas, pero sobre todo que escuchara de viva voz los reclamos de las familias damnificadas, que entre gritos recriminaron la falta de apoyo por parte de las autoridades para localizar a las personas desaparecidas durante las inundaciones.
Queda claro que la forma de hacer política cambio, porque la presidenta no fue a tomarse la fotografía ni a ensuciarse los zapatos, fue a conocer la situación real para la evaluación de daños y a escuchar a un pueblo, desesperado, que no quiere discursos, que se cansó de las promesas y que reprocha la lentitud en la entrega de apoyos. Porque esta historia la han repetido una y otra vez, el final de la película ya la conocen.
La frase “de peores hemos salido” no consuela a las familias que entre gritos de repudio exigen resultados a las autoridades federales, quieren hechos no palabras. Los reclamos fueron directos a la presidenta de México que encaro a cada una de las exigencias.
Por supuesto que los gobiernos se han solidarizado con los Estados afectados y en el caso de Tamaulipas que también sufrió algunos daños decidió sumarse y envió un helicóptero de protección civil a Veracruz para ayudar en el traslado de insumos médicos, personal especializado y víveres a las familias que quedaron incomunicadas por el desbordamiento de ríos.
Algunos municipios como Nuevo Laredo también se hicieron presentes con la entrega de mas de 50 toneladas de víveres, agua y artículos de primera necesidad.
Pero no es la primera ocasión que los gobiernos se solidarizan, al igual que el resto de los mexicanos que siempre entran al quite y se distinguen por ser solidarios ante desastres naturales, así que una vez mas es tiempo de apoyar y estar unidos.
Pero las autoridades deben hacer la parte que les corresponde, la brecha entre un mensaje y la acción es muy grande, los mexicanos se cansaron de las promesas, de las frases bonitas que a nadie consuelan.
En este momento la contingencia exige presencia, trabajo y resultados, más que un discurso o una buena intención, que siempre los ha llevado al mismo camino, el abandono y ponerse en las manos de Dios.