
SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
Mónica y su obelisco
Por cuarta ocasión, desde su construcción, pretenden remover el kiosco de la icónica plaza de la libertad en Tampico, y en su lugar edificar un obelisco a la “Victoria de Tampico”, librada en 1829.
¿Y cuál es el problema? Podría preguntarse, bueno, pues en este caso, el argumento de historiadores, cronistas y amantes de Tampico, se debe a que, aseguran, la famosa batalla librada en 1829, y la cual se ganó realmente gracias al hambre y la fiebre amarilla que azotó al enemigo, sirvió solamente para las ambiciones políticas del tristemente célebre Antonio López de Santa Ana.
De tal suerte que, en las tres ocasiones anteriores, la oposición vino de los mismos gobernadores de su época, frenando así el proyecto que hoy impulsa la alcaldesa Mónica Villarreal Anaya.
De hecho, este día precisamente será presentado a la mesa directiva de la Cámara Nacional de Comercio CANACO-Tampico, esperando la presidenta municipal que este organismo camaral apoye su intento de remover el icónico kiosco que fue construido por el año 1900, y el cual obviamente ha sufrido modificaciones, pero conserva su estructura original.
Queda claro que modernizar una plaza o toda la ciudad no debería ser un problema, en este caso, la oposición a ello obedece al personaje que históricamente es rechazado, no solamente por los tamaulipecos, sino por todos los mexicanos, entonces porque querer traerlo de nuevo a la historia.
Además, el famoso obelisco “A la victoria de Tampico”, que le va a dejar a los tampiqueños, ¿Cuál es el beneficio a la ciudad? De hecho, sería sano que la alcaldesa Mónica Villarreal informara a la ciudadanía, cuánto costaría la obra, y la remoción del kiosco y de donde van a salir los recursos.
En este nuevo intento por quitar el famoso kiosco de la plaza de la libertad que a decir de la misma historia del puerto será la cuarta ocasión, existe la negativa firme de la ciudadanía, la cual opina que si lo que se busca es incentivar el turismo, pues entonces que le invierta recursos a la plaza y al kiosco que ya es icónico.
Vaya, se tiene que reconocer que el turismo, bueno, el poco que llega porque el grueso de este se queda en playa Miramar, utiliza el famoso kiosco como escenario para tomarse fotografías de graduados, quinceañeras, matrimonios, vaya hasta de los mismos tampiqueños que de pronto solo sienten el gusto de guardar un recuerdo de ese lugar.
Esperemos que la CANACO-Tampico frene el proyecto de la alcaldesa Mónica Villarreal, por dos razones. Una; porque no hay motivo para traer de nuevo al escenario político actual el nombre de López de Santana, y Dos; porque no hay un beneficio real para Tampico y su gente, en todo caso se tendrán que renovar esfuerzos y cambiar proyectos para invertir esos recursos en devolverle al puerto el brillo que tenía.