
SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
La respuesta que no esperaban
Las protestas de los productores del Valle de San Fernando y del norte de la entidad, son una estrategia fallida, el dictamen fue claro; no hay dinero, la federación, ni el Estado tienen recursos para satisfacer la demanda de un apoyo compensatorio de dos mil 400 pesos por tonelada de sorgo.
El Secretario de Desarrollo Rural de Tamaulipas, Antonio Varela Flores, fue preciso al señalar que las demandas de los sorgueros son inviables, porque el precio del sorgo no puede estar por encima del costo del maíz blanco y el amarrillo que sí cotizan en la bolsa de valores.
Además, de que los sorgueros recibieron diversas ofertas de apoyo y las rechazaron, porque solo quieren dinero. Así lo dijo.
De tal manera, que queda claro que por lo menos el gobierno de Tamaulipas está fuera de la mesa de negociaciones, no les puede apoyar en la demanda.
Y aunque muy seguramente no fue una “lavada de manos”, Varela Flores dijo que la federación es la responsable de atender esa situación, incluso, de los daños colaterales que está provocando el cierre de carreteras y del puente internacional Reynosa-Pharr.
Y claro; que de alguna manera tiene razón el funcionario estatal, solo que acostumbrados al pasado, cuando el priato tamaulipeco “apechugaba” las protestas de los campesinos con sus cierres de carreteras, y trataba en lo posible que sus “demandas” se resolvieran aquí, pues causa extrañeza su posición.
Se tendrá que reconocer que en esos tiempos los “amagues”, eran distintos a los de hoy, porque se les daba un manejo “político”, contrario a la estrategia de ahora que se recurre al ejercicio de la ley.
Incluso, en esos tiempos, la presencia policial, que generalmente eran los llamados Federales de Caminos y policías estatales, resguardaban la integridad física de los manifestantes, pero también de los automovilistas y transportistas, interviniendo para que no llegaran a los golpes como sucedió el pasado viernes, en donde pese a encontrarse elementos de la guardia nacional, no “bajaron” los ánimos.
En fin, queda claro que los tiempos han cambiado y el arte de la política también.