SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade
Rumbo Nuevo; Un pozo sin fondo
La carretera “Juan Capitán-El Chihue”, de Tamaulipas, mejor conocida como Rumbo Nuevo, sigue siendo tema de controversia entre los tamaulipecos, pero también de inversión, de tal forma que continúa siendo considerada como la obra de mayor inversión del gobierno de Manuel Cavazos Lerma, y que hubo de concluir Tomás Yarringtón, y que hoy sigue registrando inversión.
La Rumbo Nuevo, sin lugar a dudas que vino a mejorar la comunicación terrestre con el sur del país, y a reducir enormemente los accidentes mortales en la llamada carretera vieja a Tula, la cual prácticamente ya casi no es utilizada.
Pero, la Rumbo Nuevo no termina de ser noticia, porque cuando no es por el costo que tuvo, y su constante inversión, es por los accidentes, y últimamente por su concesión a la iniciativa privada.
Y por alguna extraña razón, tras su concesión, ha habido una serie de choques con la estructura de lo que será la caseta de cobro de peaje, bueno, la verdad sea dicha, han sido dos, pero ambos en el mismo sitio y contra la misma construcción.
Obvio que esto trajo consigo la percepción ciudadana de que la infraestructura debería ser reubicada para evitar con el paso del tiempo una tragedia; pero, como siempre, la autoridad difiere de la presunción ciudadana, y ha optado por construir una rampa de frenado para que, en caso de emergencia, los tráileres, o cualquier otro vehículo la utilice para evitar colisionar, ya sea contra las casetas de cobro o cualquier otro vehículo.
Y de alguna manera se tiene que reconocer que esa es una buena solución, pero hay dos cosas reales también, una; que se corre el riesgo que no sea utilizada por el alto costo que su uso significa a los conductores, y dos; porque el desperfecto al sistema de frenos, que asegura el secretario de obras públicas del Estado, que es lo que sucedió en los dos casos documentos, se dé justo cuando llegue a las casetas, como sucedió en ambos casos.
Dadas las circunstancias que rodea a este caso o tema, lo ideal sería escuchar la percepción ciudadana y valorar hasta donde tienen razón, para con ello diseñar una estrategia real que lleve a evitar que un accidente futuro vaya a tener consecuencias fatales, ya sea para los conductores o para los empleados de las casetas.
Y de encontrar que hay razón en la presunción de los residentes aledaños a ese tramo carretero, pues obligar a los concesionarios a, dos cosas, una; rectificar el tramo carretero, o dos; reubicar las casetas de cobro.
A final de cuentas, autoridades y concesionarios tendrán que tener claro, que hasta hoy, la historia ha dado cuenta que siempre ha salido más barato la prevención que la solución en tiempo y forma, pero además, que la vida, no tiene precio.

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