SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade
Universidades: ¿del bienestar o del fracaso?
Se dice que la educación es el arma más poderosa para cambiar al mundo, de ahí que todo esfuerzo de padres de familia y gobierno para que niños y jóvenes tengan acceso a la preparación académica siempre serán pocos y se considere que no tiene precio.
A decir verdad, en Tamaulipas siempre se ha luchado por tener más aulas en todos los niveles educativos. De hecho, en los últimos años se ha incrementado el número de planteles en diversos municipios de la entidad.
En la educación superior, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador hizo el compromiso de construir más universidades en diversos Estados del país; en Tamaulipas, la promesa fue edificar dos; una en San Fernando y otra en Hidalgo. ¿pregúnteme que pasó? Nada, simplemente el proyecto fracaso.
Pero hoy hay un nuevo compromiso, por lo menos así lo aseguró el sub secretario de Planeación de la Secretaría de educación en Tamaulipas, Miguel Ángel Valdés García, al anunciar que construirán dos universidades del bienestar en la entidad, una de ellas en Reynosa y otra en Altamira.
Las universidades que llevarán por nombre “Rosario Castellanos”, ofertarían carreras relacionadas con las ciencias sociales y de la salud.
Claro que el proyecto sería extraordinario en caso de que realmente se concrete, pero… he aquí el, pero, para que construir más universidades cuando podrían fortalecer a la misma Universidad Autónoma de Tamaulipas, eso sí, tendrían que dotarla de más aulas, equipo y todo lo necesario para poder incrementar la matricula.
Y como el tema o argumento es beneficiar a quienes menos tienen y provienen de las ´áreas rurales, pues entonces, se tendría que facilitar la estancia de los estudiantes, los “foráneos” claro, en las mismas instalaciones universitarias.
A final de cuentas, quizás resulte más económico reforzar a la UAT y auxiliar en el sustento diario a los jóvenes, que mantener unas instalaciones nuevas con todo y lo que conlleva, y con el riesgo de fracasar porque no exista la demanda suficiente dado precisamente por la falta de recursos por los que atraviesa el padre de familia.
Esperemos que de una u otra forma se avance en la oferta de educación universitaria y no termine como la propuesta de López Obrador, o como los “chilmoltrufios” de la secretaría de energía, que vinieron a Tamaulipas y prometieron bajar las tarifas eléctricas y al paso de las semanas recularon.
En fin, bien dicen el prometer no empobrece, cumplir es lo que aniquila.

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