SIN CORTAPISAS

SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade
“Guerra” arancelaria
Se dice que las crisis de cualquier índole son una oportunidad para demostrar nuestras fortalezas, para probar de que estamos hechos, y esto viene a recordarlo por el aumento del 25 por ciento a los aranceles que aplicó el gobierno de Estados Unidos a los productos que se exportan a ese país.
Sin lugar a dudas que la determinación del presidente Donald Trump afectará en diversos sentidos a México, pero también a ellos mismos porque la inflación se dejará sentir en la alza de precios.
Amén del aumento en los productos que se producen o cosechan allá mismo porque no tendrán mano de obra suficiente para llevarlos hasta el mercado.,
Que no sirva de consuelo, pero la “estrategia” o castigo, de Trump alcanzó también a sus vecinos del norte; Canadá, que por cierto quiere convertir en un estado más de su país y también le subió los aranceles a China; a ellos solo un 10%.
El punto es que, ante el anunciado incremento, la presidenta Claudia Sheinbaum puso en marcha sus estrategias; de entrada, ordenó responder de la misma manera a los productos que se importan a México, a la vez de hacer un llamado a su homólogo “gringo” de formar una mesa de “platicas”.
Por lo pronto, los analistas sobre temas económicas predicen que los vecinos del norte entraran en una crisis inflacionaria porque México es su principal socio comercial, en un 80%.
Y vislumbran que México también tendrá sus complicaciones porque se corre el riesgo que algunas empresas, fábricas o maquilas cierren sus puertas al no “resistir” el alto incremento arancelario y por ende tendremos mayor desempleo.
Pero ven la luz del túnel en una posible negociación con países europeos con los cuales México Tiene tratados comerciales y podrían redirigir los productos que se enviaban a los Estados Unidos, hacia esa parte del mundo.
De ahí que, se puede decir que México no está vencido, que una vez más puede demostrar que no es el patio trasero de los “güeros”, y que la dependencia económica ya no es total.
Que la relación de buena vecindad se tiene que respetar y que cada uno deberá enfrentar sus problemas y buscarle soluciones in hacer responsable a nadie.
Llegar a acuerdos y caminar de la mano siempre será posible con voluntad política, pero las ordenes son solo para los subordinados.
Quizás los problemas que preocupan al presidente Trump sean más fácil de solucionar que lo que piensa. Quizás solo baste con cerrar totalmente sus fronteras a la migración ilegal, y obvio, reducir también la adicción.
Hay que recordar que cuando no hay demanda…. No hay venta…

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