SIN CORTAPISAS
Por: Claudia Vázquez Andrade
Corrupción y complicidad
“México, país mágico”, es una frase acuñada para significar que en nuestra tierra todo puede suceder, por más increíble que parezca, como es el paso de un elefante por un puente internacional y nadie se percató de ello, o igual, el saqueo indiscriminado de recursos sin consecuencia alguna, y hasta la instalación de empresas y negocios “fantasmas” pero que contaron en su momento con todos los permisos correspondientes.
Y esto viene a tema porque Tamaulipas tampoco es ajeno a este tipo de situaciones, al grado que el famoso elefante que quedó inscrito en las historias de corrupción, pasó por la famosa “puerta México” de Matamoros, y por si fuera poco, también se tiene el problema de las empresas “fantasmas” que no solo han de burlar el pago de impuestos hacendarios, sino también los derechos de los trabajadores que contratan.
En las últimas fechas se han incrementado las quejas de empleados de este tipo de negocios que han sido despedidos o que simplemente los empresarios huyeron, porque a la hora de presentar las denuncias ante las instancias del trabajo, se encontraron con la sorpresa de que éstas no cuentan con registros en orden, en pocas palabras, que son “fantasmas” porque fiscalmente no existen.
Por ello, surge una serie de preguntas que se hacen, no solos los empleados engañados o estafados, sino el ciudadano común: ¿Cómo fue que se instalaron? ¿Cómo lograron los permisos que exige la misma ley? ¿Acaso hay contubernio de las autoridades responsables de firmar esos permisos?
Pues ahora sí que haya sido como haya sido, es una situación que se está dando y en donde obviamente el principal afectado es el trabajador que por la naturaleza de la situación, tiene claro que no tendrá justicia.
Es cierto que ante la falta de información concreta la autoridad no pueda hacer nada en defensa de los quejosos, pero habiendo voluntad puede ir más allá para evitar que este tipo de situaciones se siga dando, ¿Y cómo?, pues muy fácil, llamando a cuentas a los funcionarios que se prestaron a expedir los permisos correspondientes para su instalación.
Cerrar los ojos, dejar hacer y dejar pasar, también es corrupción y complicidad.