El arte de fuga
Una Piedra en el camino…
Desiderio García Sepúlveda
Los Derechos Humanos en México gracias a Morena y sus comparsas seguirá teniendo una “piedra” en el zapato. Esto debido a que aplicaron la aplanadora en el Senado y le otorgaron la reelección a Rosario Piedra Ibarra al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), en una sesión que mostró algunos desacuerdos dentro de la misma bancada oficial por esta decisión.
Con la reelección de Piedra Ibarra, Morena, PVEM y PT tiraron a la basura el proceso que condujeron los presidentes de las comisiones de Derechos Humanos, Celeste Ascencio, y de Justicia, Javier Corral para buscar al candidato más apto al frente del organismo.
A pesar de que Piedra Ibarra fue quien obtuvo la peor evaluación entre 15 aspirantes, eso no importó. Pudo más su cercanía con el ex presidente López Obrador, para desmarcarse y dejar en el camino al resto de la terna conformada por Paulina Hernández Díaz y Nashieli Ramírez Hernández. Esta última ex titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, durante el gobierno capitalino de Claudia Sheinbaum y franca favorita de la presidenta para ocupar el cargo.
La gestión de Rosario Piedra Ibarra, al frente de la CNDH, ha sido duramente criticada por su pobre desempeño, no sólo por la oposición, sino también por legisladores de Morena, medios de comunicación y por organizaciones civiles defensoras de los derechos humanos.
Senadores de Morena que públicamente habían expresado su rechazo a darle continuidad a Rosario Piedra, tuvieron que doblar las manos y aceptar cambiar el sentido de su voto, ante la línea que les dio su coordinador, Adán Augusto López.
A pesar que desde Palacio Nacional se planteaba un cambio de rumbo en la dirigencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, pudo más la sombra del caudillo. Ya habíamos comentado en anteriores columnas que el principal problema que tendría la presidenta Claudia Sheinbaum en su gobierno, es su falta de capital político para inclinar la balanza a su favor, debido a que el lopezobradorismo vive y respira en el Poder Legislativo, en los gobiernos estatales morenistas y hasta en las entrañas de su mismo partido político, en donde la mano que mece la cuna se encuentra en Palenque, Chiapas y no en la Ciudad de México.
Con esta primera escaramuza, quedó muy mal parada la Presidenta de México y sus operadores, por la incapacidad para posicionar a su candidata ante el Senado, en contraparte el coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López y su grupo político salieron fortalecidos.
Pero el gran perdedor en esta confrontación es el pueblo de México, que tendrá que aguantar otra gestión de una titular de Derechos Humanos que poco o nada hace por defender la integridad de la ciudadanía ante los abusos de poder de las autoridades y la delincuencia, que los tienen entre la espada y la pared.
Rosario Piedra Ibarra seguirá cobrando por otros cinco años, haciendo honor a su apellido, será una “piedra”, un obstáculo en el camino para la protección de los derechos humanos para los mexicanos. Esperemos que esta piedra, no se convierta al final en una gran losa en nuestras espaldas.