SIN CORTAPISAS.

Por: Claudia Vázquez Andrade.

No reelección, No nepotismo.

Las reformas, enmiendas y remiendos a la Constitución Mexicana no paran desde que llegó a México la llamada cuarta transformación, y continúan hoy con el segundo piso de esa estrategia de gobierno. Así que ya fue anunciado para el próximo año, una reforma más, ahora para acabar con la reelección en cargos de elección popular y el nepotismo político.

En palabras claras, el ejecutivo federal, entiéndase Claudia Sheinbaum presentará una iniciativa para echar abajo la reforma presentada en su momento por Felipe Calderón, que abrió la puerta para la reelección de alcaldes, y legisladores.

Sin lugar a dudas que esta reforma será muy polémica por dos razones: primero; porque acabará con las llamadas “Juanitas” y la herencia de los puestos de elección popular, y segundo; porque alcaldes y legisladores en funciones ya no podrán aspirar a contender por el mismo cargo de manera contínua, y tampoco podrán contender familiares directos por ese cargo hasta haber pasado un período.

Y claro que el rechazo de la oposición será entendible, porque hoy los principales partidos políticos opositores al gobierno en turno buscan eternizarse en sus dirigencias, como es el caso del PRI, en donde Alejandro “Alito” Moreno reformó los estatutos de su partido para continuar medrando del poder y todo tipo de recursos que genera el aun el otrora poderoso partido, precursor precisamente de la no reelección.

Mientras que, en el PAN, Jorge Romero, aspirante a la dirigencia nacional del albiazul, dejo entrever la posibilidad de implementar la reelección de la dirigencia en un futuro. Si gana la elección, obviamente. Así que, dado el anuncio formal de esta reforma, solo será cuestión de tiempo para que sea presentada y obvio aprobada, pues Morena hoy es poder absoluto.

Sin lugar a dudas que el ciudadano común, bueno la mayoría, comulgará con la propuesta de reforma, porque de alguna manera está harto del abuso de poder en la herencia de los puestos de elección popular, en Tamaulipas sobran ejemplos, y el mejor de ellos es Xicoténcatl, en donde lograr gobernar hermanos, esposas, primos y cuantos fueron impulsados por el poder del momento.

En otros municipios de la entidad hubo intentos, pero para fortuna de los residentes de esas comunidades no lo lograron. Bien dicen, el poder no solo transforma, a veces también enloquece.

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