SIN CORTAPISAS

Por: Claudia Vázquez Andrade

“Se quedaron chiflando en la loma”

Bien dicen; el prometer no empobrece, pero en política es un recurso que se utiliza para salvar una situación difícil y ganar tiempo, y parece que eso fue lo que hizo el subsecretario general de gobierno de Tamaulipas, Tomás Gloria Requena con los productores del Valle de San Fernando, a quienes prometió darían apoyos en efectivo y en especie, dependiendo de la necesidad que tuvieran.

En pocas palabras, “chamaquearon”, a los agricultores, porque habrá que recordar que en la última manifestación realizada frente a palacio de gobierno les prometieron apoyos estatales por el orden de 270 millones de pesos, pero el subsecretario Tomás Gloria Requena nunca les aclaro que sería en “especie”. Porque resulta, que los famosos apoyos si están disponibles, pero no como lo habían pactado, o sea, que no habrá efectivo, tendrán acceso a diésel y semilla para sorgo o trigo, pero no habrá pesos, como demandaban muchos de los agricultores que argumentaron tener deudas que pagar. ¿Qué sucedió?, ¿Quién, o porqué incumplir un acuerdo de gobierno?, ¿habrán dimensionado el costo del rompimiento?

Y no porque los productores vuelvan a tomar carreteras o puentes, eso es lo de menos, pues finalmente para eso está el acoso de la aplicación de la ley, como lo hicieron con los inconformes de la carretera Juan Capitán-El Chihue, que por poco y terminan en la cárcel.

No, el problema es el reconocimiento de la palabra, el honor que se empeña en un acuerdo, un pacto que se supone serio de ambas partes, de ahí que termine en manifestación o inconformidad. Y la verdad sea dicha, las manifestaciones e inconformidades no son privativas de esta administración estatal y tampoco serán las últimas, pero el problema que muy seguramente van a enfrentar los “negociadores”, pensando que Tomas ya no tendrá calidad moral para actuar, es que existirá la duda de que se cumplirán los acuerdos que se tomen.

Quizás suene muy fácil, pero en el caso de los productores del Valle de San Fernando, cuyos apoyos fueron ofrecidos por la federación, hubiese sido mejor y obvio más honesto, dejarles claro que no habría dinero, que los apoyos serían en especie porque ya estaban adquiridos o por las razones que fueran. Ahora sí que podríamos decir como se dice en el ámbito campirano: los productores de Tamaulipas se quedaron chiflando en la loma.