El sueño del que no despertaron; migrantes centroamericanos

El sueño del que no despertaron; migrantes centroamericanos

La mujer de origen hondureño, de 40 años, que murió el pasado lunes bajo custodia de la Patrulla Fronteriza, en Texas, se suma a la lista de centroamericanos que fallecieron luego de ser detenidos por autoridades estadunidenses.

El pasado fin de semana murieron dos migrantes salvadoreños debido a problemas de salud en incidentes separados. Se trata de un hombre de 33 años, y Johana Medina León, una mujer transgénero de 25 años que denunció aislamiento en centros de detención migratoria con otras personas de la comunidad LGBTTI.

Y las primeras cinco víctimas son de origen guatemalteco, todas, menores de edad.

Los fallecimientos, ocurridos desde diciembre pasado, cuando se dio el arribo de la caravana migrante a EU, provocaron cuestionamientos sobre el trato que reciben por parte de la autoridad fronteriza, pues en los ocho casos se debieron a condiciones de salud adversas.

El primer caso y el que desató la condena internacional fue el de Jakelin Caal, una niña de siete años que sufrió una infección bacteriana que se le extendió rápidamente a sus órganos vitales.

Pero el diagnóstico se dio a conocer en abril pasado, luego de cuatro meses de su fallecimiento, pues en primera instancia se afirmó que se trataba de deshidratación.

Junto con otras 162 personas, Jakelin y su padre cruzaron la frontera el 6 de diciembre por  una zona desértica de Nuevo México, para entregarse a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

Cuando eran trasladados a una oficina de detención fronteriza de El Paso, Texas, Jakelin presentó vomito. Su condición de salud deterioró rápidamente y pereció el 8 de diciembre.

El diario The Washington Post destaca que, pese a la existencia de los resultados de la autopsia, el presidente de Estados Unidos mantuvo la versión inicial y agregó: “El padre no le dio agua durante mucho tiempo, de hecho, admitió su culpa. Creo que ha quedado claro que hicimos un trabajo fantástico”.

El caso de Jakelin desató el repudio de muchas figuras políticas que condenaron el trato que da la Patrulla Fronteriza a los inmigrantes. De acuerdo con el diario El País, demócratas de Texas como Joaquín Castro y Beto O’ Rourke, ambos candidatos a la presidencia, exigieron explicaciones. Y en el discurso de Donald Trump sobre el Estado de la Unión, la congresista Alexandria Ocasio Cortez llevó en su saco un pin con la imagen de Jakelin Caal.

Tres semanas después de la muerte de Jakelin, falleció el niño guatemalteco Felipe Gómez Alonzo, de ocho años, quien también viajó con su padre para solicitar asilo en Estados Unidos.

La CBP informó que llevó a Felipe al servicio médico al notar que tosía mucho y que “tenía los ojos vidriosos”. Ahí detectaron que tenía fiebre y creyeron que se trataba de una infección respiratoria común.

De acuerdo con el parte médico emitido días después, el menor fue víctima de influenza.

La entonces secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, recordó que el Congreso debía dar a las autoridades fronterizas y de inmigración las herramientas y recursos necesarios para “cumplir con nuestra misión humanitaria y de seguridad”.

La muerte de un niño guatemalteco de dos años también conmocionó al mundo, pues su madre afirma que alertó a la CBP cuando su pequeño presentó malestares. Las autoridades informaron que pereció por neumonía.

Y en abril pasado, Juan de León Gutiérrez, de 16 años, engrosó la lista de víctimas. Fue detenido en El Paso y trasladado a un hospital cuando notaron su malestar. Ahí murió por una fuerte infección en el cerebro.

The Washington Post dio a conocer esta semana que tan sólo en mayo fueron detenidos 132 mil 887 migrantes indocumentados en Estados Unidos.

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